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lunes, 5 de octubre de 2009

Juicio crítico

En este apartado se trata de hacer balance de todas las observaciones que hemos ido anotando a lo largo del comentario y expresar de forma sincera, modesta y firme nuestra impresión personal sobre el texto:
Resumen de los aspectos más relevantes analizados en el comentario.
Opinión personal.

El texto como comunicación

Los lectores dan vida al texto

Los lectores de textos literarios solemos detenernos en la interpretación de los matices significativos que adquieren ciertas palabras o expresiones en los contextos en que aparecen, porque estimamos que el autor lo ha escrito así con una intención determinada. Otra cosa es que demos precisamente con la clave de esa intención comunicativa del autor; a menudo será punto menos que imposible. Imaginemos la interpretación de un texto literario medieval; averiguar exactamente lo que quiso decir el autor requeriría una reconstrucción arqueológica de la época y el lugar en el que fue escrito el texto, una reconstrucción de la cultura que tenía el autor y aun de la que tenían los lectores a quienes se dirigía.
Es posible, en cambio, que indaguemos la intención comunicativa del texto, porque, como lectores, proporcionamos vida al texto cuando lo leemos; si no, sería un libro cerrado, muerto. La intención comunicativa del texto es aquella que el lector obtiene del texto, lo que a él le comunica.

Manuel Camarero. Introducción al comentario de textos. Castalia.

Una de las características básicas de la comunicación literaria es la separación que existe entre el emisor y el receptor de la obra. El emisor es el autor, pieza fundamental de la comunicación literaria, pues es quien enuncia el mensaje. El significado de un texto depende, en primer lugar, de la intención de su autor que, a la hora de escribir está influenciado por su sistema de creencias y el contexto histórico social al que pertenece, entre otros condicionamientos. El receptor es el lector de la obra. Cada lector hace "su propia lectura", según sus características personales y el contexto histórico social al que pertenece. Así pues, al analizar el texto como comunicación habrá que atender a los siguientes aspectos:

Funciones del lenguaje que predominan en el texto. Actitud del autor ante el lector: ¿Se dirige directamente a él?
Reacción que la lectura provoca en nosotros como lectores: emoción, identificación, rechazo, etc.
Intención comunicativa dominante en el texto: informativa, persuasiva, lúdica…
Posición del autor ante el sistema de valores de su época

Análisis de la forma

Hemos visto como el fondo y la forma de un texto están íntimamente unidos. Por eso en esta fase del comentario se ha de poner al descubierto cómo cada rasgo formal responde, en realidad, a una exigencia del tema. En este apartado habremos de analizar:

El análisis del lenguaje literario
Nos detendremos en el uso que el autor hace de las diferentes figuras retóricas y con qué intención, relacionándolo en todo momento con el tema del texto.

El análisis métrico de los textos en verso
Ritmo, medida, rima, pausas, encabalgamientos, tipos de versos y estrofas utilizadas, etc.

La exposición de las peculiaridades linguísticas del texto
Plano fónico: se analizarán las peculiaridades ortográficas, fonéticas y gráficas del texto que tengan valor expresivo.
Plano morfosintáctico: se prestará atención a aspectos como los siguientes: acumulación de elementos de determinadas categorías gramaticales (sustantivos, adjetivos, etc.); uso con valor expresivo de diminutivos y aumentativos, y de los grados del adjetivo; presencia de términos en aposición; utilización de los distintos tiempos verbales; alteraciones del orden sintáctico; predominio de determinadas estructuras oracionales…
Plano semántico: se analizará el léxico utilizado por el autor, la presencia de términos homonímicos, polisémicos, sinónimos, antónimos, etc; y los valores connotativos del texto.

Análisis del contenido

En esta fase deben analizarse el argumento, el tema o idea central que el autor nos quiere transmitir, su punto de vista y la forma en que estructura el mensaje.
•Para hallar el argumento preguntaremos: ¿Qué ocurre?
•Para delimitar el tema: ¿Cuál es la idea básica que ha querido transmitir el autor del texto?.
•Para analizar la estructura: ¿Cómo organiza el autor lo que quiere decir en unidades coherentes relacionadas entre sí?
•Para descubrir la postura del autor: ¿De qué forma interviene el autor en el texto?

Argumento y tema
Hallar el argumento de un texto es seleccionar las acciones o acontecimientos esenciales y reducir su extensión conservando los detalles más importantes. El argumento puede desarrollarse en uno o dos párrafos.

Si del argumento eliminamos todos los detalles y definimos la intención del autor, lo que quiso decir al escribir el texto, estaremos extrayendo el tema. Este ha de ser breve y conciso: se reducirá a una o dos frases.

Al analizar el tema de un texto habrá que señalar también los tópicos y motivos literarios que puedan aparecer en el texto: locus amoenus, beatus ille, etc…

La estructura del texto
Si nos detenemos en la forma en que el autor ha compuesto el texto y en cómo las distintas partes del mismo se relacionan entre sí, estaremos analizando la estructura.

Para hallar la estructura de un texto hay que delimitar en primer lugar sus núcleos estructurales. Estos pueden estar divididos a su vez en subnúcleos. Además, hay que determinar las relaciones que se establecen entre ellos.

El esquema estructural clásico es el de introducción desarrollo, climax y desenlace, pero los textos pueden organizarse de otras formas:
• La disposición lineal: los elementos aparecen uno detrás de otro hasta el final.
• La disposición convergente: todos los elementos convergen en la conclusión
• La estructura dispersa: los elementos no tienen aparentemente una estructura definida, ésta puede llegar a ser caótica .
• La estructura abierta y aditiva: los elementos se añaden unos a otros y se podría seguir añadiendo más.
• La estructura cerrada, contraria a la anterior, etc.

ir arriba

Postura del autor en el texto y punto de vista

El contexto

El contexto es el ámbito de referencia de un texto. ¿Qué entiendo por ámbito de referencia?. Todo aquello a lo que puede hacer referencia un texto: la cultura, la realidad circundante, las ideologías, las convenciones sociales, las normas éticas, etc.
Pero no es lo mismo el contexto en que se produce un texto que el contexto en el que se interpreta. Si nos ceñimos a los textos literarios escritos, como mínimo cabe distinguir entre el contexto del autor y el contexto del receptor. Sin duda el ámbito de referencia de un autor al escribir su obra es distinto del ámbito de referencia del receptor; la cultura del autor, su conocimiento de la realidad circundante, su mentalidad, sus costumbres, no suelen coincidir con la cultura, el conocimiento de la realidad, la mentalidad o las costumbres de sus lectores. Más aún, no es posible hablar de los lectores como una entidad abstracta, porque son seres individuales, cuyos contextos son asimismo diferentes, por muy pequeña que sea la diferencia.

Manuel Camarero. Introducción al comentario de textos. Castalia.

En este apartado se comentará el modo en que el autor interviene en el texto. Éste puede adoptar una postura objetiva o subjetiva, realista o fantástica, seria o irónica…etc.

Hay que analizar también desde dónde relata la historia (desde afuera, desde arriba, etc.), si aparece o no el narrador y qué punto de vista adopta: tercera persona omnisciente, tercera persona observadora, primera persona protagonista, primera persona testigo, etc.

Tipos de narrador

Tercera persona limitada: el narrador se refiere a los personajes en tercera persona, pero sólo describe lo que puede ser visto, oído o pensado por un solo personaje.
Tercera persona omnisciente: el narrador describe todo lo que los personajes ven, sienten, oyen… y los hechos que no han sido presenciados por ningún personaje.
Tercera persona observadora: el narrador cuenta los hechos de los que es testigo como si los contemplara desde fuera, no puede describir el interior de los personajes.
Primera persona central: El narrador adopta el punto de vista del protagonista que cuenta su historia en primera persona.
Primera persona periférica: el narrador adopta el punto de vista de un personaje secundario que narra en primera persona la vida del protagonista.
Primera persona testigo: un testigo de la acción que no participa en ella narra en primera persona los acontecimientos.
Segunda persona narrativa: El narrador habla en segunda persona con lo que se produce un diálogo-monólogo del proatagonista consigo mismo.

José María Díez Borque. Comentario de textos literarios. Playor. (Adaptación)

lectura comprensiva y localizacion del texto

Etapa previa: Lectura comprensiva y localización del texto

La comprensión del texto.
La etapa previa a cualquier comentario consiste en realizar una lectucra rigurosa que nos permita entender tanto el texto completo como cada una de las partes que lo forman. Para ello lo leeremos cuantas veces sean necesarias, intentando solucionar las dificultades que nos plantea. En esta fase será necesario utilizar diccionarios, gramáticas y otros libros de consulta.

La localización del texto.
Los textos pueden ser fragmentos u obras íntegras, y, por lo general, pertenecen a un autor que ha escrito otras obras a lo largo de su vida. Por eso es imprescindible localizar el texto que se comenta, es decir identificar algunos datos externos como los siguientes:
• Autor, obra, fecha, periodo.
• Relación del texto con su contexto histórico.
• Características generales de la época, movimiento literario al que pertenece el texto. Relación con otros movimientos artísticos y culturales del momento.
• Características de la personalidad del autor que se reflejan en el texto.
• Relación de esa obra con el resto de la producción del autor.
• Situación del fragmento analizado respecto a la totalidad de la obra.

El género literario y la forma de expresión
Es importante delimitar el género y subgénero literario al que pertenece el texto, señalando aquellos aspectos en los que el autor sigue los rasgos propios del género y aquellos otros en los que muestra cierta originalidad o innovación.

Los textos pueden pertenecer a los más diversos géneros literarios:

• Géneros épico- narrativos como: Epopeya, Cantar de gesta, Romance, Novela, Cuento, Leyenda, Cuadro de costumbres…
• Géneros líricos como: Oda, Canción, Elegía, Romance lírico, Epigrama, Balada, Villancico, Serranilla…
• Géneros dramáticos como: Tragedia, Comedia, Drama, Tragicomedia, Auto Sacramental, Paso, Entremés, Jácara, Loa, Baile, Mojiganga, Sainete…
• Géneros didáctico ensayísticos como: Epístola, Fábula, Ensayo, Artículo…

En este apartado conviene analizar:
• El género y subgénero del texto. Rasgos generales.
• Aspectos originales
• Forma de expresión utilizada por el autor: narración, descripción, diálogo…
• Prosa o verso y peculiaridades del texto derivadas de ello.

Así pues, comentar un texto consiste en relacionar de forma clara y ordenada el fondo y la forma de ese texto y descubrir lo que el autor del mismo quiso decirnos. Puede haber, por tanto, distintas explicaciones válidas de un mismo texto, dependiendo de la cultura, la sensibilidad o los intereses de los lectores que lo realizan.

Para llevar a cabo el análisis conviene seguir un método, establecer una serie de fases o etapas en el comentario que nos permitan una explicación lo más completa posible del texto.

comentario de texto

Consejos para hacer un buen comentario de textos literario

• Consultar previamente los datos de la historia literaria que se relacionan con el texto (época, autor, obra…)
• Evitar parafrasear el texto, es decir, repetir las mismas ideas a las que éste se refiere, pero de forma ampliada.
• Leer despacio, sin ideas prefijadas, intentando descubrir lo que el autor quiso expresar.
• Delimitar con precisión lo que el texto dice.
• Intentar descubrir cómo lo dice.
• Concebir el texto como una unidad en la que todo está relacionado; buscar todas las relaciones posibles entre el fondo y la forma del texto.
• Seguir un orden preciso en la explicación que no olvide ninguno de los aspectos esenciales.
• Expresarse con claridad, evitar los comentarios superfluos o excesivamente subjetivos.
• Ceñirse al texto: no usarlo como pretexto para referirse a otros temas ajenos a él.
• Ser sincero en el juicio crítico. No temer expresar la propia opinión sobre el texto, fundamentada en los aspectos parciales que se hayan ido descubriendo

domingo, 20 de septiembre de 2009

Arpías, las Arrebatadoras.

Los griegos nunca se pusieron de acuerdo en cómo representarlas. A veces aparecen con busto, brazos y cabeza de mujer, pero cubiertas de plumas; en otras versiones son simplemente pájaros con cabeza de mujer.

Eran hijas de la ninfa Electra y de Taumas (Thaumas, "milagro"). Tenían su residencia en las islas Estrofiadas (o Estrófades), después de haber sido arrojadas de las Boréadas.

Aelo ("vuelo tempestuoso", a veces llamada Nicótoe), Ocípete ("viento veloz") y Celeno ("la oscura", agregada luego por los romanos, y considerada como la más cruel de las tres) eran la forma imaginada de las fuerzas incognoscibles de la naturaleza, particularmente de los vientos, quienes suelen erosionar con voracidad el territorio griego. En cuanto a su número, los autores tampoco logran ponerse de acuerdo, para Hesíodo hay sólo dos Arpías, aunque otros aseguran que son tres, ocho, nueve, o doce. Nosotros hablaremos de las tres más conocidas, aunque nos apresuramos a aclarar que nuestra favorita no aparece en este tridente, por lo que nos tomaremos la libertad de decir unas palabras sobre ella.

Homero cita en un pasaje de la Ilíada (ahora no recuerdo cuál, pero sospecho que es en el libro VI) a una Arpía llamada Podarge, quien tras tener comercio amoroso con el viento Céfiro, da a luz a Janto y Balio, los caballos de Aquiles. Creo que esa es su única intervención en el ciclo troyano, pero siempre guardé su nombre en el corazón ya que es el primer nombre griego que logré traducir (o intuír), gracias a su similitud con el nombre de otro personaje, esta vez de la saga del Anillo de Tolkien: Podarge significa "Pies ligeros", al igual que el caballo de Theoden, rey de la Marca.

Me apresuro a pedir disculpas por una disgresión tan poco académica. Sigamos adelante.

Hesíodo, siempre agudo en cuestiones descriptivas, vocifera que las Arpías eran figuras aladas, de largas y onduladas cabelleras, más rápidas que cualquier ave conocida, incluso más veloces que el viento. Para Virgilio, más poeta que mitólogo, las Arpías son aves con cabeza de mujer, de garras encorvadas y con un vientre que exhalaba vapores inmundos. Vivían demacradas por un hambre feroz que jamás lograban satisfacer. Pestilentes y feroces, todo lo devoraban, emitiendo chillidos espantosos, espejos de una voracidad que no puede saciarse.

La palabra Arpías (Harpyas) es griega, y significa algo así como "las que raptan, las que arrebatan", aunque si hubiese que traducirlas en una sola palabra, creo que la ideal sería "Ladronas". En un comienzo tenían una tarea bastante noble: arrebatar a los demonios las almas de quienes iban al infierno. Pero luego todo cambió, aunque esto no debe sorprendernos, ya que los designios de Zeus siempre fueron insondables.

Como tarea divina se dedicaban a amargar la vida de cierto rey Tracio, quien podía profetizar el futuro a los mortales, razón por la cuál, los dioses lo privaron de la vista; permitiendo que las Arpías le arrebatasen la comida, dejando en su lugar sus pútridos excrementos; y así el pobre Fineo andaba siempre famélico, sin voz ni voluntad para dar oráculos. Afortunadamente, cierto día llegaron Jasón y sus argonautas, quienes valiéndose de la astucia consiguieron ahuyentarlas.

Hay un episodio en la Eneida, donde Eneas y los demás sobrevivientes troyanos se encuentran con las Arpías en las islas Estrófades. El encuentro es a la vez brutal y cómico: las Arpías les arrebatan a los troyanos la comida, y mientras huyen, Celeno gira en el aire y los maldice, diciendo que los troyanos estarían tan hambrientos que terminarían comiéndose las mesas antes de que el sol se ponga. Los exiliados de Ilión huyen, atemorizados y sensatos.

Con el tiempo, las Arpías abandonaron los textos mitológicos para venir a simbolizar a las mujeres difíciles de tratar. Es curioso, los hombres consideramos a una mujer como Arpía siempre que sus intenciones sean opuestas a las nuestras. Caso contrario, pasamos a llamarlas "Mi Amor, Cariño, Mi Reina", y demás puerilidades.

Remito al lector curioso ciertas investigaciones realizadas por un equipo de científicos, todos ellos divorciados, quienes afirman, en voz baja, que las Arpías griegas simbolizan en realidad a la mujer en ese indeseable estado que llamamos matrimonio. Nosotros, más cobardes que prudentes, no avalamos la veracidad de esta hipótesis.

Advertimos al inquisitivo lector de abstenerse de utilizar este epíteto con una dama, ya que además de grosero, es peligroso.
Kathakano.

Vampiro original de la isla de Creta. Es muy similar en sus rasgos y costumbres a los vampiros del oeste de europa.

Como dato extraño diremos que la única manera para matar a un Kathakano (según los cretenses, claro) es hirviendo su cabeza en vinagre. Casi siempre se lo representa haciendo muecas espantosas con su boca, la cual es desmesuradamente grande.

Suele escupir sangre sobre la piel de la víctima produciéndole terribles laceraciones, y su propio cuerpo está cubierto de quemaduras y pústulas que exhalan un hedor insoportable.

En Creta existe una larga tradición de mitos y leyendas asociadas a los rigores volcánicos. Ya en los mitos griegos podemos encontrar muchos paralelos entre los seres mágicos de la isla y las idealizaciones de los ignotos poderes volcánicos. Por lo tanto no es descabellado imaginar a un vampiro cuyas características esenciales sean el hedor, las llagas, las ampollas y las laceraciones.

Menos curioso es el antídoto necesario para eliminar a este ígneo vampiro, el vinagre, que como todos sabemos, neutraliza las quemaduras leves.
Gomory.
La Maestra del Sexo.

Bellísimo demonio femenino que monta en un elegante camello, coronada con una diadema y envuelta en una túnica casi transparente. Su especialidad es volver apasionadas a las mujeres indiferentes e incluso frígidas. Aquellas que se encomiendan a su protección, descubren con asombro todas las maravillosas posibilidades de su sexualidad.

Claro que todos los dones tienen su lado oscuro, y el de los otorgados por Gomory son ciertamente sombríos.

Muchas de las damas que claman por su ayuda para mejorar su inexistente vida sexual, lo hacen sólo mediante la imposición de sus maridos. Terrible error del que pronto se lamentarán, ya que Gomory ayuda a las mujeres frígidas e indiferentes, y no a las insatisfechas. Imaginamos que los hombres del desierto no son, siguiendo una medida occidental, demasiado "atentos" en cuanto a la satisfacción femenina; y cualquier problema de lubricidad es atribuida a la frigidez, y no a la falta de pericia en las caricias viriles.

Gomory no tolera esta situación, no soporta que una mujer quede insatisfecha por la insensibilidad del hombre, por lo que revierte la situación de manera drástica; haciendo que las insatisfechas damas se conviertan en verdaderas vampiresas del sexo, logrando consumar durante horas todas las fantasías que hasta ese momento sólo pertenecían al sueño y a la utopía.
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domingo, 16 de agosto de 2009

Hiperbórea

De Wikipedia, la enciclopedia libre

Mapa de Abraham Ortelius, Amsterdam 1597: en la esquina superior derecha dice Hyper Borei y muestra un continente que ocupa toda el área polar.

En la mitología griega, Hiperbórea era una región situada en las tierras septentrionales aún desconocidas, al norte de Tracia. Su nombre (latín: Hyper Boreas, 'más allá de Bóreas' )? deriva precisamente de que se creía que el dios-viento Bóreas habitaba en Tracia, y los hiperbóreos, sus hijos, lo harían más al norte de este reino, en el país de Hiperbórea. Se les atribuían costumbres primitivas: Sileno, en una de sus fábulas, decía que fueron los primeros hombres en ser visitados por los habitantes de otro continente más allá del océano que, asustados por lo que se encontraron, regresaron a su país y no volvieron más.

De los hiperbóreos se decía que eran inmortales, además de ser descritos como gigantes. El dios Apolo conducía cada otoño su carro hacia esta región, que era su residencia invernal.

Referencias modernas [editar]

  • Friedrich Nietzsche reivindica en su obra su condición de hiperbóreo, más allá de los límites conocidos, en contraposición al pensamiento homogéneo de la época en cuestiones morales y filosóficas.
  • Otra referencia literaria a los hiperbóreos se da en la obra de James Joyce, Ulises, cuando uno de los protagonistas de la obra hace mención de su condición hiperbórea, al equipararse moralmente a su amigo, que no se arrodilló y rezó por su madre en su lecho de muerte

domingo, 7 de junio de 2009

Enûma Elish, significa en acadio "cuando en lo alto", y son las dos primeras palabras de un poema babilónico que narra el origen del mundo. Está recogido en unas tablillas halladas en las ruinas de la biblioteca de Asurbanipal (66Contenido [editar]
Cada una de las tablillas contiene entre 115 y 170 líneas de caracteres cuneiformes datados del año
1200 a. C. El poema está constituido en versos de dos líneas, y la función del segundo es enfatizar el primero mediante oposición, por ejemplo:
"Cuando en lo alto el cielo no
había sido nombrado,
no había sido llamada con
un nombre abajo la tierra
firme".
Según esta
cosmogonía, antes de que el cielo y la tierra tuviesen nombre (no tener nombre equivalía a no existir), la diosa del agua salada Tiamat y el dios del agua dulce Apsu, engendraron una familia de dioses con la mezcla de sus aguas. Estos nuevos dioses perturbaban a su padre, que decidió destruirlos. Aunque uno de ellos, Ea, se anticipó a los deseos de su padre haciendo un conjuro y derramando el sueño sobre él, para luego matarlo. Ea, o Nudimmud, el dios parricida, junto a Damkina, engendró a Marduk, el dios de Babilonia. Al tiempo, Tiamat es convencida de tomar venganza y rebelarse, decide dar mucho poder a Kingu, su nuevo esposo, y le entrega las tablillas del destino. Marduk es nombrado por los dioses para enfrentar a Tiamat, accede con la condición de ser nombrado "príncipe de los dioses o dios supremo", finalmente vence a Tiamat y la mata. Luego le son arrebatadas las tablas del destino a Kingu. Marduk, exultante, planea realizar obras estupendas y las comunica a Ea: Amasaré la sangre y haré que haya huesos. Crearé una criatura salvaje, 'hombre' se llamará. Tendrá que estar al servicio de los dioses, para que ellos vivan sin cuidado. Kingu es condenado a morir por ser el jefe de la rebelión, y, con su sangre, Ea crea a la humanidad. En honor a Marduk se construyó el Esagila en el (Etemenanki).
El poema es la historia de la eterna lucha entre el
Orden y el Caos, puesto que muestra el prototipo del guerrero que lucha contra el Caos, pese a no conseguir derrotarle nunca, por lo que la lucha es constante. Por ello, Marduk, dios de la luz y el orden, debe vencer a Tiamat, quien representa a la oscuridad y el Caos9 a. C. - 627 a. C.), en Nínive.
La Teogonía (del griego Θεογονία : Theogonía, literalmente Origen de los dioses) es una obra poética escrita por Hesíodo, que viene a ser como el Génesis de la mitología griega. Se discute si debe datarse en el siTitanomaquia
A Briareo, a Coto y a Giges, cuando en un principio su padre se irritó con ellos en su corazón, les ató con fuerte cadena receloso de su formidable vigor, así como de su belleza y estatura, y les hizo habitar bajo la espaciosa tierra. Allí aquéllos, entre tormentos, viviendo bajo la tierra, permanecieron en lugar remoto, en los confines de la ancha tierra, por largo tiempo, muy angustiados y con su corazón lleno de terrible dolor. Más el Crónida y los demás dioses inmortales que concibió Rea de hermosos cabellos en abrazo con Cronos, de nuevo los condujeron a la luz según las indicaciones de Gea. Pues ésta les explico con todo detalle que con su ayuda conseguirían la victoria y brillante fama. Ya hacía tiempo que luchaban soportando dolorosas fatigas enfrentados unos contra otros a través de violentos combates, los dioses Titanes y los que nacieron de Cronos; aquéllos desde la cima del Otris, los ilustres Titanes, y éstos desde el Olimpo, los dioses dadores de bienes a los que parió Rea de hermosos cabellos acostada con Cronos. Por entonces enfrascados unos con otros en fatigosa lucha, llevaban ya combatiendo en conjunto más de diez años. Y no se veía solución de la dura contienda ni final a favor de unos o de otros, sino que el resultado de la guerra permanecía indeciso. Pero cuando Zeus ofreció a aquéllos todos los alimentos, néctar y ambrosía, que los propios dioses comen, creció en el pecho de todos ardorosa pasión, cuando probaron el néctar y la deliciosa ambrosía. Entonces ya les habló el padre de hombres y dioses: “¡Escuchadme, ilustre hijos de Gea y Urano, para que os diga lo que me dicta el corazón en mi pecho! Por largo tiempo ya enfrentados unos con otros, luchamos todos los días por la victoria y el poder los dioses Titanes y los que nacimos de Cronos. Pero mostrad vosotros vuestra terrible fuerza e invencibles brazos contra los Titanes en funesta lucha, recordando nuestra dulce amistad y como después de tantos tormentos bajo dolorosa cadena, de nuevo vinisteis a la luz saliendo de la oscura tiniebla por decisión nuestra.” Así dijo y al punto a su vez le respondió el intachable Coto: “¡Divino! No nos descubres cosas ignoradas, sino que tambiñen nosotros sabemos cuán excelentes son tus pensamientos e inteligencia. Paladín fuiste para los Inmortales de una cruel contienda y por tu sabiduría regresamos de nuevo saliendo de aquella oscura tiniebla, ¡soberano hijo de Cronos!, después de sufrir desesperantes tormentos entre inexorables cadenas. Por ello también ahora, con corazón firme y resuelta decisión, defenderemos vuestro poder en terrible batalla luchando contra los Titanes a través de violentos combates.” Así habló. Aplaudieron los dioses dadores de bienes al escuchar sus palabras, y su espíritu anhelaba la guerra con más ansia todavía que antes. Provocaron aquel día una lucha terrible todos, hembras y varones, los dioses Titanes y los que nacieron de Cronos y aquellos a los que Zeus, sumergidos en el Érebo bajo la tierra, trajo a la luz, terribles, violentos y dotados de formidable vigor. Cien brazos salían agitadamente de sus hombros, para todos igual, y a cada uno cincuenta cabezas le nacían de los hombros, sobre robustos miembros. Aquéllos entonces se enfrentaron a los Titanes en funesta lucha, con enormes rocas en sus robustas manos. Los Titanes, de otra parte, afirmaron sus filas resueltamente. Unos y otros exhibían el poder de sus brazos y su fuerza. Terriblemente resonó el inmenso ponto y la tierra retumbó con gran estruendo; el vasto cielo gimió estremecido y desde su raíz vibró el elevado Olimpo por el ímpetu de los Inmortales. La violenta sacudida de las pisadas llegó hasta el tenebroso Tártaro, así como el sordo ruido de la indescriptible refiega y de los violentos golpes. ¡De tal forma se lanzaban recíprocamente funestos dardos! La voz de unos y otros llamándose llegó hasta el estrellado cielo y aquéllos chocaron con enorme alalá. Ya no contenía Zeus su furia, sino que ahora se inundaron al punto de cólera sus entrañas y exhibió toda su fuerza. Al mismo tiempo, desde el cielo y desde el Olimpo, lanzando sin cesar relámpagos, avanzaba sin detenerse; los rayos, junto con el trueno y el relámpago, volaban desde su poderosa mano, girando sin parar su sagrada llama. Por todos lados resonaba la tierra portadora de vida envuelta en llamas y crujió con gran estruendo, envuelto en fuego, el inmenso bosque. Hervía la tierra toda y las corrientes del Océano y el estéril ponto. Una ardiente humareda envolvió a los Titanes nacidos del suelo y una inmensa llamarada alcanzó la atmósfera divina. Y cegó sus dos ojos, aunque eran muy fuertes, el centelleante brillo del rayo y del relámpago. Un impresionante bochorno se apoderó del abismo y pareció verse ante los ojos y oírse con los oídos algo igual que cuando se acercaron Gea y el vasto Urano desde arriba. Pues tan gran estruendo se levantó cuando, tumbada ella, aquél se precipitó desde las alturas. ¡Tanto estruendo se produjo al chocar los dioses en combate! Al mismo tiempo, los vientos expandían con estrépito la conmoción,, el polvo, el trueno, el relámpago y el llameante rayo, armas del poderoso Zeus, y llevaban el griterío y el clamor en medio de ambos. Un estrépito impresionante se levantó, de terrible contienda; y saltaba a la vista la violencia de las acciones. Declinó la batalla; pero antes, atacándose mutuamente, luchaban sin cesar a través de violentos combates. Entonces aquéllos, Coto, Briareo y Giges insaciable de lucha, en la vanguardia provocaron un violento combate. Trescientas rocas lanzaban sin respiro con sus poderosas manos y cubrieron por completo con estos proyectiles a los Titanes. Los enviaron bajo la anchurosa tierra y los ataron entre inexorables cadenas después de vencerlos con sus brazos, aunque eran audaces, tan hondos bajo la tierra como lejos está el cielo de la tierra; esa distancia hay desde la tierra hasta el tenebroso Tártaro. Pues un yunque de bronce que bajara desde el cielo durante nueve noches con sus días, al décimo llegaría a la tierra; e igualmente un yunque de bronce que bajara desde la tierra durante nueve noches con sus días, al décimo llegaría al Tártaro. En torno a él se extiende un muro de bronce y una oscuridad de tres capas envuelve su entrada; encima además nacen las raíces de la tierra y del mar estéril. Allí los dioses Titanes bajo una oscura tiniebla están ocultos por voluntad de Zeus amontonador de nubes en una húmeda región al extremo de la monstruosa tierra; no tienen salida posible: Posidón les puso encima broncíneas puertas y una muralla les rodea de ambos lados. Allí habitan también Giges, Coto y el valiente Briareo, fieles guardianes de Zeus portador de la égida. Allí de la tierra sombría, del tenebroso Tártaro, del ponto estéril y del cielo estrellado están alineados los manantiales y términos hórridos y pútridos de todos, y hasta los dioses los maldicen. Enorme abismo: no se alcanzaría su fondo ni en todo un año completo, si antes fuera posible franquear sus puertas; sino que por aquí y por allá te arrastraría huracán ante huracán terrible. Horrendo incluso para los dioses inmortales, este prodigio. También se encuentran allí las terribles mansiones de la oscura Noche cubiertas por negruzcos nubarrones. Delante de ellas, el hijo de Jápeto sostiene el ancho cielo, apoyándolo en su cabeza e infatigables brazos, sólidamente, allí donde la Noche y la Luz del día se acercan más y se saludan entre ellas pasando alternativamente el gran vestíbulo de bronce. Cuando una va a entrar, ya la otra está yendo hacia la puerta, y nunca el palacio acoge entre sus muros a ambas, sino que siempre una de ellas fuera del palacio da vueltas por la tierra y la otra espera en la morada hasta que llegue el momento de su viaje. Una ofrece a los seres de la tierra su luz penetrante; la otra les lleva en sus brazos el Sueño hermano de la Muerte, la funesta Noche, envuelta en densa niebla. Allí tienen su casa los hijos de la oscura Noche, Hipnos y Tánato, terribles dioses; nunca el radiante Helios les alumbra con sus rayos al subir al cielo ni al bajar del cielo. Uno de ellos recorre tranquilamente la tierra y los anchos lomos del mar y es dulce para los hombres; el otro, en cambio, tiene de hierro el corazón y un alma implacable de bronce alberga en su pecho. Retiene al hombre que coge antes, y es odioso incluso para los inmortales dioses. Allí delante se encuentran las resonantes mansiones del dios subterráneo, del poderoso Hades y la temible Perséfone; guarda su entrada un terrible perro, despiadado y que se vale de tretas malvadas: a los que entran les saluda alegremente con el rabo y ambas orejas al mismo tiempo, pero ya no les deja salir de nuevo, sino que, al acecho, se come al que coge a punto de franquear las puertas. Allí reside una diosa maldita para los Inmortales, la terrible Estigia, hija mayor del Océano que refluye en sí mismo. Lejos de los dioses habita un espléndido palacio con techo de enormes rocas; por todas partes se encuentra apoyado sobre plateadas columnas que llegan hasta el cielo. Raramente, la hija de Taumante, Iris rápida de pies, frecuenta este lugar volando por los anchos lomos del mar. Cuando una disputa o querella se suscita entre los Inmortales, por si alguno de los que habitan las mansiones olímpicas falta a la verdad, Zeus encarga a Iris que traiga de lejos el gran juramento de los dioses en un recipiente de oro, el agua helada de mucho renombre que fluye de un alto y escarpado peñasco. En abundancia bajo la anchurosa tierra mana del río sagrado por la negra noche, brazo de Océano. Una décima parte al punto queda apartada; nueve, haciéndolos girar en plateados remolinos por la tierra y los anchos lomos del mar, las precipita en la salada superficie. Y ésta solamente brota de aquel peñasco, azote terrible para los dioses. El que de los Inmortales que habitan las nevadas cumbres del Olimpo jura en vano vertiéndola, queda tendido sin respiración hasta que se cumple un año; y no puede acercarse a la ambrosía, el néctar ni alimento alguno, sino que yace, sin aliento y sin voz, en revestidos lechos y le cubre un horrible sopor. Luego, cuando termine esta terrible enfermedad al cabo de un año, otra prueba aún más dura sucede a aquélla; por nueve años está apartado de los dioses sempiternos y nunca puede asistir al Consejo ni a los banquetes durante esos nueve años; al décimo, otra vez participa en las asambleas de los Inmortales que habitan las mansiones olímpicas. ¡Tal juramento hicieron los dioses al agua imperecedera y antiquísima de la Estigia que atraviesa una región muy áspera! Allí de la tierra sombría, del tenebroso Tártaro, del ponto estéril y del cielo estrellado están alineados los manantiales y términos hórridos y pútridos de todos, y hasta los dioses los maldicen. Allí hay relucientes puertas y un sólido broncíneo vestíbulo natural, asegurado con profundos cimientos. Delante, apartados de todos los dioses, viven los Titanes al otro lado del tenebroso abismo. Después, los ilustres servidores del muy resonante Zeus habitan palacios sobre las raíces del Océano, Coto y Giges; a Briareo, por su nobleza, le hizo su yerno el gravisonante Ennosigeo; le permitió desposar a su hija Cimopolea. glo VII a. C. o en el VIII a. C.
En la mitología griega, la Titanomaquia (en griego antiguo Τιτανομαχία Titanomakhía, ‘Guerra de los Titanes’) fue la serie de batallas libradas durante once años entre las dos razas de deidades muy anteriores a la existencia de la humanidad: los Titanes

“Viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombreseran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entretodas.” (Génesis 6:2)
“Había gigantes en la tierra en aquellos días, y tambiéndespués que se llegaron los hijos de Dios a las hijas delos hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron losvalientes que desde la antigüedad fueron varones derenombre.” (Génesis 6:4)
El Tassili, en Argelia, es uno de los rincones del planeta que más enigmas encierra. Este macizo montañoso que emerge en medio del desierto argelino, según las leyendas tuaregs, fue visitado en los albores por seres de otros mundos, como así recogen las extrañas pinturas rupestres que visten algunas de sus paredes. Un lugar inhóspito e impactante a partes iguales para el ser humano.

sábado, 30 de mayo de 2009

especialmente en un entorno que permite respuestas inmediatas, como es la Wikipedia, pero, por favor, recuerda que todos estamos aquí por, más o menos, la misma razón, y que hay otra persona al otro lado de la conversación. Los "flames" o confrontaciones son contraproducentes y hacen de la Wikipedia un proyecto mucho menos atractivo para todos.

¡Intenta mantenerte tan calmado como un pepino!

Todo en calma.
Aquí hay una lista corta de consejos que los editores experimentados han encontrado útiles:
No intentes ganar las disputas, intenta resolverlas.
Presume buena fe.
Si alguien no está de acuerdo contigo, trata de entender por qué, y en vuestra página de discusión tómate el tiempo necesario para darle buenas razones de por qué piensas que tu opinión es la buena.
Es preferible ser inteligente a tener la razón. Dialogar puede parecerte una pérdida de tiempo cuando estás convencido de cuan obviamente tienes razón. En la práctica, mantenerse calmado y dialogar lentamente, da mejores y más ligeros resultados que empeñarse en intentos frontales de que te den la razón a toda costa.
Si estás enfadado, piénsalo dos veces antes de pulsar grabar página. Si es necesario, tómate tu tiempo en vez de postear o editar. Vuelve al día siguiente o en una semana. Puede que encuentres que alguien ha cambiado o comentado lo que ibas a hacer tú.
No etiquetes o des nombres a la gente en sus ediciones. Términos como «racista» o «fascista» enfadan a la gente y hacen que se pongan a la defensiva. Cuando sucede esto, es difícil volver a una discusión productiva.
Recuerda que el texto llano es ambiguo y muchas veces parece más rudo que las mismas palabras viniendo de una persona frente a ti. El texto no tiene expresión facial, inflexión vocal ni lenguaje corporal. Es fácil malinterpretar las intenciones de la persona que lo escribió. Aclara a qué idea estás respondiendo, es recomendable empezar por explicar cómo interpretas el mensaje al que respondes. Destaca que se trata de una interpretación, utiliza «como pareces decir» o «tal y como te interpreto», etc. Incluso si no crees que hayas malinterpretado a una persona, la posibilidad siempre existe y remarcarla puede evitar posteriores disputas.
Ofrece disculpas. En el calor del momento, a veces decimos cosas que era mejor no decir, disculparse siempre ayuda a reducir las tensiones.
No borres en forma sistemática. Mucha gente tiene algo útil que decir. Eso te incluye a ti. Borrar irrita a la gente y les hace sentir que han malgastado su tiempo: ten en cuenta el mover su texto a un subdirectorio de sus páginas personales, en vez de borrar. Es mucho menos provocativo.
Toma distancia. Hay más de 100 bibliotecarios aquí y muchos más usuarios que pueden hacer las cosas por ti. No dejes que una guerra de ediciones te quite el tiempo que dedicas a la Wikipedia. Retírate un tiempo de una guerra de ediciones que se vuelva demasiado dura; trabaja en otros artículos. Después de todo, ¿no es eso por lo que estás aquí? ¿Para escribir?

Amón

Ra

Isis

Osiris

Horus

Maat

Ptah

Thot

miércoles, 27 de mayo de 2009

97 Puesto que todo el mundo, dioses y humanidad, dicen que nada existía antes del caos, yo, a diferencia de ellos, demostraré que todos están equivocados, porque ignoran la naturaleza del caos y su raíz. He aquí la demostración. Es verdad que hay acuerdo entre todos los hombres sobre el hecho de que el caos es tenebroso. Es engendrado, pues, de una sombra, de la llamada oscuridad. Pero la sombra viene de un producto que ha existido desde el principio. Está, además, claro que existía antes de que el caos entrara en la existencia, y que el último es posterior al primer producto. Pero entremos en la verdad, como en el primer producto del que es engendrado el caos. Y de este modo la verdad será demostrada evidentemente.
(EXPOSICIÓN) (Preámbulo narrativo) Cuando fue acabada en el infinito la naturaleza de los inmortales, emanó de Pistis (Fe) una semejanza, que se llama Sofía (Sabiduría). Esta semejanza probó un deseo y se convirtió en un producto que se parecía a la luz primigenia. El deseo se manifestó enseguida en forma de cielo, de un tamaño inimaginable. Estaba entre los inmortales y los que han venido después, como en altura… hay un velo que separa los hombres de las realidades superiores. Sin embargo, el eón eterno de la verdad no produce sombra fuera de él porque la luz inconmensurable está en él dondequiera. Pero su exterior es la sombra, que ha sido llamada con el nombre de "Oscuridad". De él aparece un poder, presidiendo sobre la oscuridad. A esta sombra, los poderes que han venido después la han llamado "el caos sin límite". A partir de este último, toda clase de la divinidad apareció [....] Con el lugar entero, también la sombra es posterior al primer producto. El abismo es engendrado de la Pistis (Fe) de que hemos hablado.
(Un aborto engendrado) Entonces la sombra se percató que había algo más fuerte que ella. Sintió celos y, habiendo concebido únicamente de sí misma, engendró los Celos. Aquel día surgió el principio de los celos en todos los eones y sus mundos. Ahora, en cuanto a esos celos, se encontró que eran un aborto falto de espíritu. Nació como las sombras en una vasta sustancia acuosa… Aquel día apareció una sustancia de agua, y lo que se hundió en ella fue lanzado a una parte del caos. Cuando una mujer da a luz un niño, todo lo superfluo sale, así es la materia engendrada de la sombra, que es expulsada aparte. La materia no se desviaba del caos; sino que estaba en el caos, en una de sus partes. (Formación del gobierno del mundo material y origen de los arcontes) Y cuando eso hubo ocurrido, entonces vino Pistis (Fe). Apareció sobre la materia del caos, como un aborto privado de espíritu. Porque él caos es completa tiniebla ilimitada y agua sin fondo. Ahora, cuando Pistis (Fe) vio qué había engendrado de su deficiencia, se perturbó. Y la agitación apareció, como una obra terrible; (Pistis) se precipitó a ella en el caos. Y ella se volvió hacia Pistis y llegó inesperadamente a su faz en el abismo, que está 100debajo de todos los cielos.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Algunos estudiosos, como Malcolm Godwin, quieren identificar esta pérdida con hechos reales acaecidos a finales del Neolítico, en que en Europa existían diversas tribus matriarcales asentadas y pacíficas, cuya forma de vida se vio violentamente coartada por oleadas de tribus guerreras y violentas provenientes de Asia. Estos sucesos habrían quedado en la memoria colectiva y adquirido una dimensión simbólica en la mitología celta y finalmente habrían recibido un tinte cristiano en manos de Chrétien de Troyes, Wolfram von Eschenbach y otros autores. Así, esta conquista original de las tribus europeas por parte de las provenientes de Oriente se identificaría, por ejemplo, con la pérdida del Paraíso Terrenal y, en lo referido al Gríal, éste se identificaría con lo femenino y con la tierra (más concretamente, el Grial es símbolo del seno materno y de la vulva femenina).

domingo, 3 de mayo de 2009

Introduccion
Elementos externos
Elementos internos
Asedio y armas
Los caballeros
Ordenes militares
Feudalismo
El Islam

A finales de la Edad Media la defensa o la ocupación de los castillos era un actividad militar habitual.Eso se debía principalmente a su importancia estratégica para dominar una zona.Los ejercitos feudales estaban formados por los vasallos en su relación son el señor feudal.Era norma habitual que los vasallos realizaran cada año un periodo de servicio militar.Tambíen existían los soldados profesionales. Los vasallos y los soldados profesionales estaban mezclados.Con el paso del tiempo los ejercitos tanto de los nobles como de los reyes incluían más cantidad de profesionales.

Como la Edad Media era una sociedad guerrera el hecho de servir en los ejercitos era también una cuestión de honor.Las victorias en las guerras eran uno de los mejores modos de ser reconocido y conseguir riquezas.El hecho de poder acceder a los botines en las guerras era una gran motivación para alistarse en los ejercitos. Se ha de saber que si una ciudad se resistía a los ejercitos se la podía saquear.Y el saqueo permitía que una persona casi pudiera hacerse con un gran botín.Si era suficiente una pequeña cantidad de gente para defender un castillo, en cambio para atacarle se precisaba toda una maquinaria de ejercito.Porque era necesario:* controlar el campo que rodeaba al castillo.* rechazar a caulquier ejercito que viniera en ayuda del castillo..* impedir la salida de los ocupantes del castillo.Y todo eso exigía tropas.Cuando se producía un ataque al castillo, los habitantes de la zona se refugiaban en él.Aportaban toda la comida que pudiesen y los objetos valiosos; también las armas.En el caso de que el asedio se presumiera que fuera largo, los campesinos podían ser rechazados del castillos para así asegurar la suficiente comida para los defensores.Cuando llegaba un ejercito se negociaba la rendición y los términos sobre los que se basaba sobre todo si existían pocas personas para la resistencia.Si las negociaciones fallaban, entonces los atacantes analizaban cuidadosamente las posibilidades de éxito en el ataque al castillo.

Si se comenzaba el asedio entonces retirarse sin un motivo de peso era considerado un deshonor sobre todo para los defensores.A veces en determinados asedios se instalaba toda una superestructura de tipo "pequeña ciudad" que permitiera la comodidad de los asediantes.
La conquista de una plaza fuerte suponía recurrir, en primer lugar, a métodos indirectos que consistían en una buena dosis de diplomacia apoyada por presiones psicológicas que entrañaban represalias de todo tipo contra la población.Es caso de frcasar estos métodos, se pasaba directamente al ataque.La primera labor de los sitiadores era superar los fosos de agua, las zanjas secas y el terreno minado, llenándolos de todo tipo de materiales: tierra, piedra, troncos...Los sitiados lanzaban desde sus protecciones todo tipo de materiales:
Para protegerse de esos materiales, los asaltantes cavaban fosos, construían taludes y empaladizas y, sobre todo, utilizaban máquinas de aproximación.Estas máquinas en forma de torre o de atalaya se movían mediante ruedas o rodillos, empujadas por los mismos soldados. En su interior, se apostaban arqueros, ballesteros y fuerzas especiales de asalto y, a veces, se las dotaba de catapultas.También se utilizaban grúas que izaban grupos de soldados en grandes cajones.Pero el método más efectivo era usar las temibles catapultas, cuya colocación estratégica podía ocasionar grandes brechas en los muros.Para derribar las murallas se procedía a la labor de zapa, haciendo minas y túneles que tenían por objeto debilitar los cimientos de la muralla y precipitar su derrumbe. También se utilizaban grandes arietes móviles empujados por hombre o por animales.Pero el asedio casi nunca acababa en asalto.Se producía el asalto por motivos de traición y en momentos de descuido de los defensores.Generalmente el asedio a un castillo generaba pocas bajas.Para las personas que defendían el castillo era una deshonra rendirse sin luchar.Muchas veces el señor del castillo no estaba allí en casos de asedio. Entonces era el encargado del castillo, el castellano o alguacil, el que podía rendir el castillo con el honor suficiente con tal de que hubiera resistido el asedio. A menudo se requería un contrato que especificara bien claramente las condiciones de rendición.Cuando los castillos no se rendían y no había posibilidad de negociación, si se llegaba al asalto, entonces no existía compasión posible.Los soldados y las personas de la vida cotidiana solían ser matados.Sólo los caballeros podrían ser respetados por el hecho de la posibilidad de obtener un rescate por ellos.Todas las personas que habían participado en el ataque recibían una parte del botín obtenido.Por todos estos acontecimientos solía ser habitual que los defensores tras un periodo de resistencia inicial acabaran por rendirse a través de la negociación.
En el asedio se tomaban las casas y los poblados cercanos al castillo con el objetivo de vigilar la posible aparición de un ejercito enemigo que ayudara ala castillo.También se creaban patrullas cuyo objetivo era asugurar los víveres.En un asedio cabían dos opciones: atacarlo - iniciar un asalto activo.asediarlo - dejar que los habitantes del castillo llegaran a la extenuación tras pasar hambre.En la preparación del asalto contaban factores como la urgencia, las posibilidades de rendición y el número de soldados disponibles.Se preparaba el asalto de una manera diplomática si se comprendía que la rendición era posible, con la función de amedrentar y de salvar el honor del castillo.Si se podía prever que llos auxilios podían llegarle a los defensores, si los alimentos eran escasos para los atacantes y si la decisión de los defensores era firme y decidida, los preparativos se aceleraban intensamente.Pero incluso una vez acabados esos preparativos para el ataque, era costumbre darles una nueva oportunidad a los defensores para rendir el castillo.
Se utilizaban con el objetivo de tirar abajo una parte de la muralla.Si con ellas se conseguía abrir una parte de la muralla o se lograba instalar una torre de asedio, comenzaba el asalto.De entre los instrumentos de asedio más significativos nos econrtamos con :1.- El Trabuco: "Los primitivos trabucos eran del tipo más simple: el de tracción.Un grupo de operarios que podían llegar hasta los 250 hombres, tiraban mediante cuerdas del extremo corto del brazo, haciéndolo bascular sobre el eje.La retención de la honda flexionaba el brazo, aumentando el alcance de la máquina.El paso decisivo se produjo al añadirle un contrapeso fijo al final del extremo corto del brazo.Esta innovación permitió aumentar considreablemente su potencia, ya que la energía obtenida con la caida del contrapeso era mucho mayor que la proporcionada por la simple tracción humana, transformando energia potencial en energía cinética.La duplicación de cuerdas hizo posible alargar la honda que se deslizaba a lo largo de una acanaladura situada en la base, guiando el proyectil.Esto aumentó considerablemente la eficacia del trabuco, ya que ala incrementarse la longitud del brazo propulsor, se obtenía un ángulo de tito óptimo de unos 45 º.La honda soltaba el proyectil mediante un ingeniosos dispositivo cuando el brazo y el contrapeso se encontraban cercanos al final de su strayectoria.

El desarrollo del contrapeso articulado, supuso una importante ventaja mecánica en la evolución del trabuco.Cuando se disparaba el cotrapeso, en forma de cajón colgado del bazo mediante una bisagra, la distancia entre su centro de gravedad y el eje de giro aumentaba progresivamente, incrementando la energía cinética del brazo.La suavidad en los movimientos del trabuco, ya que el contrapeso ayudaba a frenar el brazo, evitaba su recolocación tras cada disparo ( cosa que ocurría con algunas máquinas como el onagro o el mangonel, cuyo retroceso era demoledor).
En pruebas modernas, se ha comprobado que un trabuco de mediano tamaño fue capaz de acertar sucesivas veces en un blanco de 6 m2 situado a 180 metros.Gracias a las informaciones dejadas por Villard de Honnecourt, ingeniero militar del siglo XVIII, se sabe que los contrapesos podían llegar a pesar unos 20.000 kgs, pudiendo lanzar prtoyectiles a 1 Tonelada de peso a más de 100 metros de distancia."( Fuente : Tormentaria. Exposición de materiales militares en la toma de castillos).
2.- La escalera:


Se desplazaba hasta la muralla por medio de ruedas.Era una de las més elementales máquinas de asedio.3.- La catapulta:Era una máquina para lanzar piedras u otros objetos sobre el castillo y sus dependencias.Existía un contrapeso para el lanzamiento.Los proyectiles seguían una trayectoria curva.


Las piedras caían de arriba a abajo y se usaba para destruir las almenas de las murallas.No era probable dañar los muros.Se montaban fuera del alcance de las flechas de los defensores.La catapulta también servía para lanzar objetos flameantes que pudieran provocar incendios en los tejados de las casas.
4.- Las torres de asedio:Se acercaban a las murallas y a continuación arrojaban desde ella una plancha hasta la parte superior de la muralla. Los soldados de la torre podían avanzar entonces por la plancha y entablar la lucha cuerpo a cuerpo con los defensores. Dicha torre solía ser enorme.Tenía que ser protegida con pieles húmedas para evitar que la quemaran. Se movía con lentitud y dificultad, a causa de su peso.

Había que empujarla o arrastrarla hacia delante con poleas que habían sido montadas previamente con estacas cerca de la base de la muralla del castillo. Había que preparar la tierra con anticipación, normalmente con una calzada de tablas planas de madera encima de tierra fuertemente comprimida, para facilitar el movimiento de la torre. Un área para la lucha, situada en la parte superior de la torre, permitía disparar a los arqueros all castillo mientras se acercaba la torre. Los soldados montaban las escaleras dentro de la torre una vez que estaban cerca. Los asaltos desde una torre de asedio nunca cogían por sorpresa a los defensores, a causa de toda la preparación previa.Los defensores cogían escaleras para fortalecer la parte amenazada de la muralla o para evitar que tiraran la plancha.Ellos intentaban luchar contra la torre según se iba acercando.
Hasta el último momento del asalto, las máquinas de guerra disparaban contra su objetivo en la muralla para dificultar los preparativos de los defensores y su respuesta al asalto. Si el primer grupo de atacantes provenientes de la torre lograba pasar, una corriente continua de hombres les seguía por la plancha para finalizar la ocupación del castillo.
5.- Ballesta de arco sin fin:

6.- Mangonel:


7.- Carrobalista:


8.- El ariete:Eera un gran tronco con una cabeza de hierro que estaba introducida dentro de una abertura móvil y se hacía rodar hasta una parte de la muralla o una puerta. Una vez en la muralla se balanceaba el tronco adelante y hacia atrás contra el muro. La fuerza de los golpes abría brecha en la placa de madera de la puerta o el muro de piedra, creando una abertura para el ataque. La parte de arriba del ariete estaba cubierta con pieles húmedas para evitar que ardiera. El manejo del ariete era un trabajo peligroso. Los enemigos situados arriba arrojaban rocas de gran tamaño, agua hirviendo o aceite ardiendo sobre el ariete, con la intención de destrozarlo o de matar a los hombres que lo manejaban. Incluso cuando se destruía un portal o un puente levadizo, había normalmente varios rastrillos y, además, tenían que abrirse paso por la puerta.
Los arqueros atacantes y los ballesteros se refugiaban cuerpo a tierra detrás de grandes escudos de madera llamado pavises. Una estrecha rendija para disparar, situada en la parte superior, permitía disparar a los defensores.
Hacia el año 350 Eneas "el táctico" e incluso el mismo Aristóteles hacen recomendaciones sugiriendo que para defendersede las máquinas de asalto: las casas se distribuyan de tal modo que se evite la propagación de los incendios provocados por las bolas de fuego lanzadas por las catapultas.Filon de Bizancio afirmaba que una muralla debía de tener una anchura mínima de 5 metros para poder resistir el impacto de las piedras y que había que mantener a estas máquinas alejadas no menos de 150 metros de las fortificaciones.Recomendaba para ello la construcción de fosos y otros obstáculos.9.- Armas personales:Las armas ofensivas de cualquier caballero medieval eran la espada, la lanza, la daga, el hacha y la maza.La espada pesaba sobre 2 kgs constaba de tres partes: la empuñadura, de 10 cms si se había de usar con una sola mano o de 30 cms si se había de usar con las dos; la cruz y la hoja, medían 1 metro de longitud.La lanza era el arma más espectacular y la más peligrosa.En la punta acababa con una flecha metálica, de 20 a 40 cms.Pesaba en torno a los 18 kilos.El puñal o daga era una espada corta.El caballero la llevaba al cinto.La hoja podía medir sobre 30 cms.El hacha constaba normalmente de 3 partes: una de ellas era punzante; su opuesta servía como de martillo y en la parte de arriba había como una daga.La maza era como una bola de hierro que se encontraba enganchada a un palo que hacía de mango para girarla y convertirla en un feroz instrumento de desgarro.
La dificultad del asedio a los castillos consistía en superar sus murallas defensivas.A veces se recurría a socavar las murallas, para derribarlas.Para ello se recurría a construir los castillos sobre rocas, cuya base no era posible socavar.Más tarde se recurriría a la creación de los fosos.Para excavar primero lo que se hacia era abrir un tunel hasta la muralla.A lo largo del tunel para cimentarlo se colocaban maderas de soporte.Cuando se pensaba que ya se habían alcanzado los cimientos de la muralla se predía fuego a las maderas y con ello se privaba al tunel del refuerzo de sostén. La parte de muralla podía recibir resquebrajarse o crear una grieta que los soldados utilizarían para el ataque directo.Una excavación era costosa y podía acarrear problemas si era percibida por los defensores.En estos casos, se podía establecer un tunel de contraataque que intentaría interceptar el tunel de los atacantes.Se ha sabido que en ocasiones las batallas se han establecido en esos encuentros de túneles.En otras ocasiones se podía reforzar la muralla con murallas auxiliares.
Aunque ya desde el siglo XI China ya había descubierto la polvora y la utilizaba con fuegos artidficiales, no llegó a comprender el verdadero valor del descubrimiento hasta que aplicó su uso como propulsor de proyectiles.Los europeos mientras descubrieron la polvora fueron a su vez desarrollando usos mucho más destructivos que los de los chinos.A principios del siglo XIV apareció la primera arma de pólvora.Era un cañón que se cargaba con una lanza, no con piedras.En la mitad del siglo XIV ya se utilizan balas de piedra e hierro.
Tuvieron que pasar varios siglos de experimentación antes de que las armas de pólvora resultaran verdaderamente útiles. Una de las dificultades era el crear una pólvora que ardiera de manera rápida, uniforme y potente.Otra dificultada estaba en el diseño de los cañones para que no explotasen.Con los primeros cañones era tan peligroso el dispararlos como el ser su blanco.A mediados del siglo XV, las tecnologías de los cañones y de la pólvora habían avanzado suficientemente como para ser considerados armas importantes. En la Edad Media, los cañones se utilizaban para derribar murallas durante los asedios y para disparar contra las filas de soldados en el campo de batalla. Su capacidad para derribar paredes verticales dio lugar a modificaciones en la construcción de los castillos.Los altos muros en vertical fueron reemplazados por murallas inclinadas de menor altura.Sin embargo, la utilidad de los cañones en el campo de batalla estaba bastante limitada porque su manejo era dificultoso y también lo era su traslado.

Durante el sitio de Terni, en 1340, se utilizaron por primera vez morteros (que con el tiempo dieron origen a los cañones modernos), en batallas como las de Cahors y Tournai (1345) y tuvieron un éxito notorio, lo cual condujo a la concentración de la manufactura de cañones en centros famosos como Augsburgo, después de 1370.
En 1350, aparecieron ilustraciones de varios tipos de armas de mano.Eran armas primitivas que consistían en un tubo hueco tapado por un extremo y con un agujero en el lateral (cerca del extremo bloqueado).En el agujero se colocaba una mecha (una cuerda corta de material inflamable) para prender la pólvora y disparar la bala cargada previamente en el cañón. No servía de mucho intentar apuntar con estas primeras armas de mano.Sólo resultaban efectivas si eran disparadas en descargas y por varios hombres a un tiempo contra blancos compactos. Hacia 1450, la mayoría de los ejércitos europeos avanzados usaban armas de mano. Aún así los arcos y las ballestas, al ser armas eficaces y poco costosas, siguieron empleándose como armamento de infantería hasta el siglo XVI.
Los castillos medievales que se habían construido para resistir las agresiones de todas las armas descritas anteriormente resultaron inútiles cuando la evolución de la artilleria y el empleo cada vez más perfeccionado de la pólvora hirieron su inexpugnabilidad desprotegiéndolos de su verdadero motivo de creación.. A partir de entonces, del siglo XVI, comenzaron a no construirse y dar paso a las fortalezas renacentistas que otorgaban mucha más seguridad y resistencia a la artilleria.
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subida a la maroma

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