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sábado, 25 de diciembre de 2010






EL ORÁCULO DE SIWA
El oasis de Siwa se encuentra a las puertas del gran Mar de arena, en el desierto líbico y podemos decir que era un lugar bastante difícil de alcanzar, incluso hoy en día. Era famoso por su oráculo de Ammon, culto que había sido propagado en Grecia por el poeta Píndaro. Él había sido el primer griego que dedicó una oda al dios y el primero en erigirle una estatua.

Alejandro debió de haber tenido conocimiento de la capilla de Zeus Amon en la ciudad macedónica Aphytis, y no sería extraño asumir que Alejandro salvó la casa de Pindaro debido a su devoción por Amón y al respeto hacia el poeta. Por otra parte, no hay evidencia que Alejandro adoraba a Amon antes de que él visitara Siwa en febrero del 331, aunque los macedonios asumían la equivalencia entre varios dioses egipcios y griegos.

La motivaciones para consultar al Oráculo podían ser varias. Por una parte Alejandro quería seguir los pasos de Perseo y Heracles que se decía que anteriormente habían visitado el lugar y él creía que su destino estaba estrechamente ligado al de los mitos. También pudo ser una maniobra de propaganda de cara a los egipcios para que el Oráculo diera legitimidad a su título de Faraón hijo de Amon.Hay que pensar que por aquel entonces después del oráculo de Delfos, el de Amón era el más popular y las grandes decisiones y consultas se realizaban al Dios.
Arriano nos dice que acudió «con la esperanza de conocerse más profundamente a sí mismo o, por lo menos, decir que se conocía mejor».


Había dos templos en el oasis, construido por el Faraón Amasis (570-526) y el faraón Nectanebo II (360-343). Amasis fue el último rey independiente de Egipto antes de que el rey persa Cambises (hijo de Ciro el Grande) hubiera invadido el país. Su reinado fue recordado como una edad de oro y él todavía seguia vivo en cuentos populares. Nectanebo había sido faraón después de que Egipto perdiera su independencia, pero fue derrotado por el rey persa Artaxerxes III y huyó. La visita de Alejandro a Siwa significaba un ' nuevo Nectanebo ', y la inauguración de una posible segunda edad de oro.


Alejandro visitó el oráculo, hizo sus preguntas y recibió la información. No se sabe qué fue exactamente, pero es cierto que después de la visita, Alejandro comenzó a adorar a Ammon. Él también deseó ser llamado ' hijo de Zeus o ' hijo de Ammon ', por igual. Pero lo cierto es que desde su visita a Heliopolis y a Memphis, él ya era el hijo de Ra, equivalente a decir hijo de Zeus. Los griegos adaptaron a su cultura el nombre de Zeus-Amon. Sería representado en monedas con los dos cuernos del carnero que simbolizan al dios Amón.

La estela del sacerdote-principe Menkheperra, o estela de Maunier es el único testimonio escrito contemporaneo que nos ha quedado de la visita de Alejandro al oráculo de Zeus-Amon.

REGRESO DE SIWA Y VUELTA A ASIA

“”Alejandro regresó a Menfis siguiendo la ruta de los peregrinos, un camino
corriente y más seguro. Al llegar, recibió graciosamente embajadas griegas, hizo un sacrificio en honor de Zeus, celebró un desfile y más concursos para atletas y poetas;a estos últimos no les faltaron temas. Se ocupó de la tarea de gobernar y, como de costumbre, asignó los puestos civiles a los gobernadores nativos, entregó los mandos de las guarniciones a sus propios oficiales, y restableció los ritos y las costumbres suprimidos por los persas.””

Cuando regresó de Siwa y casi inmediatamente después de su llegada a Memphis en abril, él recibió la noticia que los oráculos griegos habían confirmado que Alejandro era el hijo de Zeus. (esto sería una prueba que el macedonio utilizaba ya el título antes de que él fuera a Siwa.).

Fué probablemente durante su segunda estancia en Memphis que Alejandro pidió a su historiador Calistenes, un sobrino de Aristóteles, que fuera a Nubia, probablemente en una misión diplomática. Algunos resultados de su viaje se pueden encontrar en los libros de Aristóteles: el filósofo indica cuales eran las causas de las inundaciones del Nilo que tenían sus orígenes en esas tierras.

En Memphis, Alejandro recibió la noticia que los habitantes de Samaria se habían alzado. Entonces entendió que tenía que volver a Asia. Salió de Egipto en la primavera de 331 a.C



El viaje hacia Siwa

Este texto esta basado casi en su totalidad en el libro de Alejandro Magno de A.B.Bosworth.

La historia de que Cambises perdío un ejército de camino a Siwa pudo haber inspirado a Alejandro el deseo de emularlo, del mismo modo que las historias similares sobre Ciro y Semiramis lo atraerían más tarde al desierto de Gadrosia.Con toda probabilidad se conocian sus deseos antes de entrar a Egipto y estos inspiraron una serie de oráculos rivales de Asia Menor, los cuales confirmaron su filiación divina.

Antes de iniciar su viaje a Siwa probablemente hizo una expedición a Tebas, lo que le habría supuesto un viaje de unos 14 días rio arriba desde Menphis. En el año 654 la princesa Nicrotis tardó 17 días en total en hacer un viaje oficial de Sais a Tebas. En este caso la expedición de Alejandro a Tebas no tuvo que durar más de un mes.

Con una pequeña fuerza de infantería ligera descendió el Nilo navegando hasta la desenvocadura de Canope. Se detuvo para investigar las orillas del lago Mareotis, en donde existía un istmo en tre el lago y el mar que albergaba el puerto de Racotis. Tomó la decisión de crear una nueva ciudad pero la inauguración y el trazado lo pospuso para el regreso de Siwa.

Alejandro avanzó a continuación hacia el oeste hasta la ciudad de paretonio (Mersah Matruh), a unos 290 km de la futura fundación.Ahí el camino seguía hacia el oeste hasta el pueblo de Apis, antes de girar hacia el desierto situado al sur,por el que discurre unos 260 km hasta el oasis de Siwa, al que según Estrabon se puede llegar en 5 días. Alejandro se detuvo brevemente para recibir una embajada de Cirene que le ofreció ricos regalos, entre los cuales se encontraban caballos y carros de combate y lo invitaron a visitar el territorio. Alejandro no tenía tiempo, debía visitar a Amón pero firmo un tratado de paz y una alianza.

Calístenes describió el viaje con detalle ofreciendo una visión muy romántica de lo sucedido: la lluvia alejaba la amenaza de la sed, el viento borrada el trazado de la pista del desierto,una pareja de cuervos guiaba a la expedición a través del desierto volando delante y acelerando la marcha cuando los seguían, y parándose y aguardando cuando se retrasaban.
Aunque pueda parecer algo exagerado todo son fenómenos naturales que se pueden dar en el desierto líbico.
Calístenes también hace referencia a la intervención divina en este viaje.Testigos presenciales como Ptolomeo transformaron los cuervos en un par de serpientes enviadas por los dioses que hablaban y que les indicaron el camino.
Al final del viaje, las aves guiaron al grupo exhausto hasta los manantiales donde pudieron calmar su sed. El manantial más cercano al oráculo es el conocido como la fuente de cleopatra.


LA CONSULTA AL ORÁCULO DE SIWA

Este texto esta basado casi en su totalidad en el libro de Alejandro Magno de A.B.Bosworth.

El santuario de Amón tenía una importancia crucial para Alejandro ya que consideraba que el Dios libio Amón era una manifestación local de Zeus.
El dios y su culto eran familiares en el mundo griego, el santuario de Siwa había sido un centro de peregrinación desde el siglo V a. de J.C.
Alejandro debió de conocer el culto desde su infancia y ya estaba dispuesto a considerarse el hijo de Zeus. Se sintió atraido por la reputación de un oráculo con el que estaba asociado de un modo tan estrecho por su nacimiento y sus antepasados Argéadas, Heracles y Perseo, habían visitado el santuario.

Una vez en Siwa, Alejandro consultó el oráculo en el santuario central de Agurmi. Como sucesor de los faraones, fue admitido directamente en el interior del santuario, donde consultó al dios en privado.El modo de preguntar era curioso: se seguía un procedimiento que, según los datos que tenemos, se utilizaba en los oráculos egipcios desde el segundo milenio antes de J.C. y aparece documentado de modo completo en un papiro del reinado de Psamético I (651 a. de J.C.). La imagen de culto no era la del familiar Amón con sus característicos cuernos de carnero, sinó una piedra con la arcáica forma onfálica y con esmeraldas engarzadas, llevada en una litera dorada en forma de barco.

Esta piedra sagrada me recuerda mucho a la piedra sagrada que simboliza el dios del pueblo Dogón que habita en la falla de Bandiagara en Mali. Ya se que me salgo un poco del tema pero no puedo evitar mencionarlo. El pueblo Dogón no es originario de Mali, en verdad nadie sabe con certeza de donde llegaron esta gente que se establecieron en territorio de los Tellem (pigmeos) hasta que acabaron por echarlos...
Los Dogon tienen un origen incierto, su culto más famoso y antiguo que se celebra en la fiesta del Kanaga es el culto a la estrella Sirio (cada 60 años) con unos conocimientos astronómicos únicos y similares a los que tenían los antiguos egipcios. La piedra simboliza a su dios que se llama Aman, igual que el dios libio.

La cargaban entre 80 sacerdotes (según Diodoro, aunque el número puede estar exagerado), cuyos movimientos, así como el balanceo de la litera, se interpretaban como la respuesta del dios. En el Egipto Saita el simbolismo era relativamente simple. Si la litera avamzaba, significaba aprobación; si retrocedía, lo contrario. Sin embargo en Siwa aparecen toda una sería de movimientos que se tenían que interpretar, y Alejandro estaba alejado de la imagen de culto, en la cámara interior del templo, que medía solo 10 pies por 18.Probablemente las preguntas se formulaban en pribado al sacerdote que oficiaba la ceremonia, el cual observaba los movimientos de la imagen de culto y regresaba al santuario interior para emitir su interpretación. Los detalles debieron de permanecer oscuros (Estrabón ofrece otra interpretación del ritual adivinatorio, mediante movimientos con la cabeza y símbolos).
Lo que sí es cierto es que Alejandro consultó al oráculo en el templo, separado de sus hombres, los cuales plantearon sus propias preguntas en el exterior del recinto sagrado. Sin embargo lo que preguntó Alejandro se mantuvo en privado. La tradición posterior, iniciada tal vez con Clitarco, desarrollo una serie de preguntas relacionadas con el dominio del mundo y el castigo de los asesinos de Filipo.

Ptolomeo y Aristóbulo se limitaron a afimar que quedó satisfecho con las respuestas que recibió. Lo único que sabemos con cierta seguridad es que más tarde Alejandro afirmó que Amón le había autorizado a ofrecer sacrificios a determinados dioses pero no sabemos si esta autorización se la dió en Siwa o en un sueño o fue posterior.

Podemos afirmar con certeza una cosa: el sacerdote se dirigió a Alejandro en público como hijo del dios.Podría haberse tratado de la interpretación griega dado al título del faraón (como rey de Egipto, Alejandro era, por definición, hijo de Amón, la manifestación egipcia del dios de Siwa) pero es más probable que lo reconocieran como el verdadero hijo de Amón y del griego Zeus. En cualquier caso, así era como se representaba a sí mismo oficialmente.

Tras permanecer brevemente en el oasis, donde vió la célebre "fuente del sol" (Ain el Hamman), Alejandro se dirigió de vuelta a Menfis, y por el camino fundó oficialmente la ciudad de Alejandría un 7 de abril del 331 antes de J.C.

Alejandro volvió a pasar por Canope en la desembocadura del Nilo y supervisó personalmente la demarcación de la zona central de la futura ciudad. Cuando llegó a Menfis celebró su llegada con un sacrificio a Zeus Amón, la deidad cuya manifestación libia había consultado en Siwa y cuyo hijo ahora pretendía ser.

domingo, 12 de diciembre de 2010





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Evidencias paleográficas permiten apoyar una relación genealógico-toponímica entre la Atlántida y el Antiguo Egipto





Nilo representado con aspecto atlante. Capitolio, Roma.



Uno de los argumentos más repetidos a lo largo de la historia de la denominada atlantología, principalmente desde los tiempos de Ignatus Donnelly, a finales del siglo XIX, es el pretendido origen atlante de la civilización egipcia. Ninguno de los paladines de tal afirmación aportó jamás ni la más leve evidencia paleográfica (antigua referencia escrita) que pudiera soportar dicho argumento, mientras que una simple lectura de los diálogos del Timeo y el Critias de Platón revelan la inexistencia de cualquier dato o comentario que pueda apoyar el supuesto origen atlante de la civilización egipcia; razón (entre otras más sólidas) por la que los arqueólogos y egiptólogos han desestimado dicha hipótesis como una mera especulación sin fundamento. Ahora, sin embargo, la aportación de evidencias paleográficas desconocidas -al menos entre los atlantólogos y egiptólogos contrarios a dicho argumento- demuestran que sí existen antiguas referencias que permiten soportar -en parte- esta clásica tesis atlantológica, sostenida ya por más de doscientos años.



En efecto, el que ahora escribe, ha sido uno de los estudiosos de la Atlántida de Platón que más ha criticado esa afirmación sostenida por la mayoría de los atlantólogos sobre el origen atlante de la antigua civilización egipcia, precisamente porque -como puede verificarse- nada leemos en el Timeo ni en el Critias que apunte hacia tal idea; sin embargo, de la misma manera que el firmante ha atacado severamente a los investigadores que sostienen tal argumento, por no mostrar nunca documentación o referencia alguna al respecto, está en la obligación ética ahora de informar del hallazgo que ha realizado de algunas referencias antiguas, que si bien no son platónicas ni proceden de la Academia de Platón, no por ello desmerecen atención, puesto que parecen proceder de fuentes alternativas sobre la historia o tradición de la misma Atlántida o civilización atlántica descrita por Platón, y aunque bien no bastan para sostener que la civilización egipcia hunde sus raíces en la Atlántida misma, al menos servirán para apoyar una antigua relación entre la genealogía y toponimia atlante y las del Antiguo Egipto.



Las evidencias paleográficas las hemos hallado en el marco de investigación de unas viejas ediciones de los códices que componen la selecta colección clásica conocida como "Geographi graeci minores", donde se recoge una considerable colección de textos completos, y fragmentos, de autores griegos en su mayoría clásicos, pero también preclásicos o arcaicos; así como otras obras de autores posteriores, de la antigüedad tardía y medievales, que aportaron importantes escritos a modos de comentarios, scolios, o crestomatías. Entre estos se halla el célebre autor bizantino Eustacio de Tesalónica (circa 1110–1198 AD) natural de Constantinopla que llegó a ser arzobispo en Tesalónica. El análisis de sus obras ha mostrado a los expertos que Eustacio poseía un gran dominio de las fuentes griegas, desde los tiempos más antiguos hasta su época. En una de sus más prolíferas obras, un comentario sobre una descripción de la tierra de Dionisio Periegeta, y que contiene numerosos fragmentos y extractos muy valiosos de muchos escritores que le precedieron (algunos que solo conocemos gracias a él), es precisamente donde hallamos una de las referencias objeto de este breve estudio; exactamente la numerada como 222.44, y que trata sobre el río Nilo...

ΤΙΝΕΣ ΔΕ ΝΕΙΛΟΝ ΦΑΣΙΝ ΩΝΟΜΑΣΘΑΙ ΑΠΟ ΝΕΙΛΟΥ ΤΙΝΟΣ ΑΠΟΓΟΝΟΥ ΑΤΛΑΝΤΟΣ ΒΑΣΙΛΕΥΣΑΝΤΟΣ ΤΩΝ ΕΚΕΙ ΑΛΛΟΙ ΔΕ ΟΤΙ ΜΕΛΑΣ ΠΡΟΤΕΡΟΝ ΚΑΛΟΥΜΕΝΟΣ ΜΕΤΕΚΛΗΘΗ ΝΕΙΛΟΣ ΑΠΟ ΤΙΝΟΣ ΝΕΙΛΟΥ ΒΑΣΙΛΙΚΟΥ ΠΑΙΔΟΣ ΕΚΕΙ ΡΙΨΑΝΤΟΣ ΕΑΥΤΟΝ ("Epistola de Conmentariis in Dionysium Periegeten. Eustathius Thessalonicensis"1).

"...Mas algunos la denominación Nilo nombram por Nilo, uno de origen Atlante de los que allí reinaron, pero otros que (el río), primero nombrado Mela, fue llamado Nilo de uno que era hijo del rey Nilo que allí -él mismo- fue arrojado..." (Traducción metafrástica y gramatical, Georgeos Díaz-Montexano, 2006).

En la primera parte de esta referencia se expone que existía una opinión, o tradición, entre algunos autores (no citados en este caso) de que el origen del nombre del río Nilo se remontaba al de un rey de origen atlante (ΑΠΟΓΟΝΟΥ ΑΤΛΑΝΤΟΣ) de los que allí, en Egipto, había gobernado (ΒΑΣΙΛΕΥΣΑΝΤΟΣ ΤΩΝ ΕΚΕΙ); lo cual coincide con la afirmación en el Timeo ---- y el Critias --- de que los atlantes habían extendido sus reinados desde las Columnas de Hércules hasta Egipto (pasando por toda la Libia). En la segunda parte no queda claro si se está hablando del mismo rey Nilo de origen atlante, o de otro; aunque a juzgar por el contexto y las expresiones usadas (ΕΑΥΤΟΝ, él mismo) parece estar refiriéndose al mismo rey atlante descrito antes.



En cualquier caso, llama la atención el dato de que el río primeramente se llamaba Melas, podría tratarse de la palabra griega de igual grafía (ΜΕΛΑΣ), cuyo significado es negro, lo cual apunta el nombre egipcio de Egipto, Keme, Kema, o Kimi (km.t), y cuyo significado es precisamente el mismo, o sea, negro (también quemado). Egipto era la tierra negra, o quemada, o sea, de color oscuro o negro. La denominación anterior o primitiva del río Nilo, recogida en esta tradición antigua como Melas, bien podría ser una simple traducción griega del significado del nombre egipcio del río, que a su vez podría haber sido (o así pudieron entenderlos algunos antiguos autores grecoparlantes) el mismo que el del país entero, o sea, el mismo nombre egipcio o indígena de Egipto, Keme.



Nuestra hipótesis hallará más fundamento aún cuando analicemos otra antigua fuente, igualmente desconocida por los atlantólogos y por los egiptólogos detractores de una posible relación entre atlantes y antiguos egipcios, fuera de lo ya expuesto en los textos platónicos; nos referimos a un texto atribuido al célebre Plutarco, "De Fluviorum et Montium Nominibus"2, quien -como hemos demostrado en estudios anteriores- además de conocer bien los textos de Platón y al parecer incluso los del mismo Solón, tuvo acceso a fuentes egipcias sobre la Atlántida, de donde obtuvo hasta los nombres de los sacerdotes que se reunieron con Solón (no mencionados en los textos de Platón) y le trasmitieron la historia sobre la Atlántida, como Sonchis (Sonjis) de Sais y Psenophis (Psenofis) de Heliópolis. Sin dudas, otro viejo texto, escrito en griego antiguo, y que igualmente merece nuestra atención con independencia de la reconocida celebridad de su autor. En este texto atribuido a Plutarco, no solo veremos corroborada esta hipótesis de que el primitivo nombre del Nilo, Melas, bien podría ser la traducción griega del nombre indígena de Egipto sino que hallaremos además una nueva evidencia sorprendente del origen atlante del nombre del Nilo, y al parecer también del mismo nombre Melas y hasta el del propio nombre Egipto.





(De Fluviorum et Montium Nominibus, in Plutarchi Chaeronensis Moralia...3).



"...El río Nilo4 está junto a la ciudad de Alejandría. Mas antes llamado Melas de Melanos, hijo de Poseidón, pero después fue nombrado Egipto por el mismo motivo5; por Egipto -hijo de Leukippês y Hefesto- rey que tuvo dominación de estas6 regiones. Más por una guerra entre linajes no se produjo el desbordamiento del Nilo y el hambre apretó entre los nativos. Entonces el oráculo de Pycio respondió que la tierra volvería a ser otra vez fértil si el rey (Egipto) sacrificaba a los dioses a su hija, por lo que este, aunque muy afligido, accedió a llevar a su hija Aganippe a los altares para así calmar la ira de los dioses. Pero su inmolación causó tanto dolor al rey (Egipto) que entonces él mismo se arrojó al río Melas. Y por esto fue entonces llamado Egipto. Más el nombre Nilo, fue por esa misma razón7..." (De Fluviorum et Montium Nominibus, in Plutarchi Chaeronensis Moralia... Traducción metafrástica y gramatical, Georgeos Díaz-Montexano, 2006).

Lo que primero llama la atención es la afirmación de que Melas era el nombre primitivo del Nilo que provenía de Melanos, que en griego se traduce como 'negro', 'ennegrecido', y quien era hijo de Poseidón. Recordemos que este era el mismo dios de la Atlántida, y cómo en la anterior referencia registrada por el célebre Eustacio, Nilo era un rey de origen atlante; por consiguiente, tenemos ya dos referencias diferentes que apuntan a una relación bastante directa con el linaje o tradición atlante. Y ahora tenemos otra tercera, tan soprendente -o más aún- que las anteriores, y es cuando Plutarco (o quien quiera que haya sido el autor) nos informa que Egipto, nombre que recibió el rió Melas (antes de ser conocido como Nilo), justamente derivaba del nombre de un rey que era hijo nada menos que de Leukippês y Hefesto. Y Leukippês es exactamente el mismo nombre con el que aparece denominada la abuela de los reyes atlantes. En el diálogo del Critias o Atlántico8 esta es descrita como la esposa o mujer del primer ser nacido de la tierra (autóctono de Atlantis), Euênôr, en transcripción latina, Evenor. Leukippês, latinizado como Leucippe, cuyo nombre se traduce como yegua o jinete blanca, era la madre de Kleitós (en latín, Clito) quien fuera desposada por el mismo dios Poseidón y con el cual tuvo a los diez reyes de la Atlántida.



Por otra parte, llama también la atención como la hija del rey Egipto, y nieta de Leukippês, es justamente llamada Aganippês (Aganippe), o sea, la dulce yegua... El équido parece haber sido un elemento importante en la tradición atlante, pues además de estar presente en el nombre de la abuela madre de los atlantes, aparece también en el nombre de uno de los diez reyes, Elasippos, cuya simple traducción es el jinete, y que años atrás hemos identificado con el nombre de la región de Olisippos, también conocida como Elisippos, identificada en la antigüedad con un territorio que hoy se corresponde, aproximadamente, con la actual Lisboa y sus alrededores. Como entonces apuntamos9, los corceles de la extrema Iberia suroccidental fueron los más celebrados en toda la antigüedad como los más veloces y de pura sangre; entre los mejores sementales de los que eran importados en la península itálica y otros países mediterráneos se hallaban los de la región de Elisippo, y de las regiones limítrofes como el país de los Kynetes, colindantes con los Tartessios, y de cuya celebridad ecuestre defendemos proviene el actual término castellano jinete (en castellano medieval Ginete) y no de unas tribus mauritanas o bereberes llamadas Dzanatas, hipótesis (más bien especulación) convertida sin embargo en dogma oficial por la RAE, a pesar de no existir documento medieval alguno que testimonie tal suposición.



La presencia de dos personajes femeninos con nombre de yegua o jinete (como equivalente a una actual amazona o mujer que monta a caballo)10, dentro de esta genealogía toponímica mitológica grecizante del Antiguo Egipto, y en especial del Nilo, al menos permite circunscribir tales referencias a la época de los Hyksos, como límite temporal más remoto posible, puesto que antes de estos los egipcios al parecer no conocían el caballo, y si lo conocían, al menos no hay datos de que lo usaran o fuera importante para ellos. Al respecto, en el "Ciclo de Conferencias de Geología y Minería", celebrado en Puertollano en 1998, el autor fue invitado para impartir dos conferencias, una sobre geología y minería en el Antiguo Egipto y otra sobre paleoantropología y arte tartésico. En la conferencia "Geología y Minería en el Antiguo Egipto" expuse algunas interpretaciones y traducciones de jeroglíficos egipcios sobre la temática, exponiendo como evidencia reveladora la importante presencia de palabras con raíces fonéticas similares a términos Tartessios e Ibéricos presentes e importantes términos de la geología y la minería de los antiguos egipcios, y en otras actividades como la cantería y la construcción, y productos de calidad como por ejemplo, un tipo de aceite, considerado como puro, o y de gran calidad, cuyo nombre se transcribe justamente con las raíces consonánticas ibr. Entre estas posibles huellas de antiguas relaciones comerciales con la Iberia, se mostró también en dicha conferencia cómo, precisamente, el caballo semental, el pura sangre por excelencia de los egipcios, el caballo preferido de los faraones (casi siempre representado como un elegante corcel de color blanco), era justamente denominado con el nombre de IbAr, o Iber, mientras que el caballo común, de origen asiático o semita, era denominado como ssmS.



Precisamente la época en la que se desarrolla la invasión de la confederación de los atlantes por la Libia y el delta del Nilo, o el Bajo Egipto, especialmente Sais, según vemos en el Critias 110a-b, sucedió en los tiempos de la dinastía micénica de los Cecrópidas, y antes del Deucalión (1581-1529 AC), que coincide en parte con la del final de la dominación de los Hyksos. El linaje de la citada Dinastía Cecropidae, como se explica en el Timeo 23, y en otros muchos otros textos clásicos, proviene de la simiente de Gea y Hefesto, la cual fecundó a las dos ciudades hermanas, Sais y Atenas. En el plutárquico texto vemos como el mismo dios Hefesto, padre fundador del linaje de los Cecrópidas saítico-atenienses, aparece ahora unido a una diosa o semidiosa, Leukippês, que aunque bien podría ser la misma Leucippe que en la mitología griega es principalmente una Oceánide, o sea, una hija del gran Océano circular que rodea toda la tierra, igualmente podría ser la otra Leukippês, la de la Atlántida, la abuela madre de la Dinastía de los Atlántidas, según la descripción de Platón en el Critias (sin descartar que ambas sean una misma). Máxime cuando consideramos que Nilo, cuyo nombre parece ser un epíteto del mismo rey Egipto -según deducimos de la referencia- es descrito como un rey de origen atlante.



No menos interesante resulta comprobar que el nombre egipcio que la mayoría de los egiptólogos creen que denominaba al río Nilo, se escribía justamente como Atrw o Itrw, , y que se usaba para simplemente expresar la palabra 'río', y también para 'canal'. Teniendo en cuenta que en el antiguo egipcio (como en la mayoría de los lenguajes conocidos) las líquidas son frecuentemente intercambiadas, dicho nombre igualmente podría transcribirse como Atlw o Itlw. De hecho, existe una palabra igualmente escrita con tal combinación de consonantes, pero con los determinativos a veces de isla, canal, y tierra inundada, que propone una lectura bastante sugerente, como el lector ya habrá adivinado, el de una "isla o tierra insular inundada", que con tal grafía, Atrw/Atlw o Itrw/Itlw, pocas opciones ofrece -aparte de la simple y tradicional río- de otra interpretación que no sea la del mismo nombre de la isla de Atlas, o la Atlantis misma. Conociéndose además otra variante, AtrwaA o ItrwaA, , que bien podría haber sido pronunciada como Atluaa. Sea como fuere, lo que intentamos apuntar no es más bien el hecho de que este nombre egipcio de Atrw/Atlw o Itrw/Itlw sea el mismo de la tierra insular de Atlas, o Atlantis de Platón, sino que el mismo podría ser otra evidencia paleográfica -en este caso egipcia- del origen atlante del nombre del río Nilo referenciado en textos antiguos, según nos trasmite Eustacio.



Aunque -insistimos- estas referencias no son suficientes para soportar la afirmación más amplia o generalizada de que toda la civilización egipcia desciende de la atlante, o como suelen decir los atlantólogos defensores de tal argumento, que la Atlántida es la cuna de la civilización egipcia, al menos estamos ante las primeras evidencias paleográficas -expuestas y analizadas- que soportan la idea de una antigua relación de origen genealógico-toponímica y mitológica entre los atlantes y los antiguos egipcios, más allá de la evidencia platónica conocida. En resumen: ahora sí contamos con algo de fundamento, con cierta base documental para por lo menos defender la existencia de una tradición clásica sobre el origen atlante de ciertos reyes legendarios e hidrónimos del Antiguo Egipto.

Perseo



Ya hemos leído "quien" es Medusa. Ahora y en este mito vas a comprobar en un relato magistral como la Lengua simbólica y la Lengua cognoscitiva se unen en estrecho abrazo para juntas abrirte la "única puerta" que las hace operativas a las dos, "nuestra n". A partir de este "mito" desaparece la contradicción entre las dos Lenguas y a partir de este "mito" la misma "puerta" te abrirá las dos sendas que, entrelazadas alrededor del sentido común, ascienden por el caduceo hermético.



Acrisio, rey de Argos y su esposa Eurídice (ninfa dríade) tienen una sola hija, Dánae.



Acrisio: acri-siØo: Estás en el Verbo (Øo) que genera la única (si) - generación (i) de nuestra mayor palabra (acr). Acrisio es una forma primaria de nombrar a nuestra n.



Eurídice: e-Øurí-dic-e: La palabra (c) genera (i) el discurso (d) sí es (e...e) el Verbo (Ø) de nuestra (u) mayor (r) generación (i). La "palabra" es Acrisio y ésta palabra genera al "discurso-Lengua" sí es "el Verbo de nuestra Ley"... sí es nuestra n.



Y tienen por hija a Dánae: d-á-n-aØe: Nuestro Verbo es (aØe) la "n" de nuestro discurso (lengua cognoscitiva), pero también: Nuestro verbo es "nuestra n" del discurso (lengua simbólica). Con Dánae aparece por primera vez nombrada en toda su capacidad y competencia nuestra n.



Acrisio avisado por un oráculo de que su nieto será el causante de su muerte. Cuando su nieto haga operativa a la "nuestra n" de su "madre" el concepto que encarna Acrisio quedará obsoleto y por consiguiente "morirá", ese es contenido de la advertencia oracular.



Acrisio para evitar que Dánae conozca varón la encierra en una "torre".



No será la única que corra esta suerte en los mitos, a Tánato lo encerró Sísifo y a Dioniso lo encadenó dentro de otra, Penteo. Una "torre" que llegue hasta el cielo fue el origen de la odisea de Abram.



Una "torre" es "un desarrollo legal construido con palabras (piedras y ladrillos) que se eleva desde la superficie (el sentido común) de la "tierra" (sociedad) hacia el "eo" del Verbo que reside en el cielo (arquetipo o ideal de la Ley).



Pero Zeus, enamorado de tan bella joven, se convirtió en "lluvia de oro" y atravesando los muros la cubrió dejándola preñada.



La Ley es "el mejor o mayor concepto" y así sus símbolos serán el mejor o mayor de... entre los animales su símbolo será el León, de entre los "cuatro elementos" él de tan blanco, transparente, el aire y entre los metales, el oro.



El "oro", el más preciado de los metales, el metal de más fina ley. Oro, junto a incienso y mirra serán los regalos de tres magos al Verbo hecho hombre. Y en... "la tierra de Javilá, donde hay oro. El oro de aquella tierra es fino. Allí se encuentran bedelio y ónice", nos dice el Génesis.

Oro, incienso y mirra. Oro, bedelio y ónice. Un metal, una gomoresina y una piedra y las tres, las más preciadas en su clase y en su momento histórico. Tres símbolos de lo más preciado por hombres sin saberlo y magos conociendo. Ley, Lengua y Palabra: la kâbala. Tres dones del y para el Verbo, y contenido inapreciable en la "tierra" de que fueron expulsados.



Y así fue como Dánae preñada de Zeus, transmutado en la Ley, dio a luz a Perseo.



Perseo: p-ers-"eo": El "eo" es: lo único más grande es el Sentido común. El "eo" es: la ley, el metodo (lo único más grande) es el Sentido común.



Acrisio para librarse de su nieto lo introdujo junto a su madre en un arcón y lo dejó a merced de las corrientes en el mar. Pero Zeus atento a la suerte que puedan correr su hijo y su amante dirige el arcón hacia la isla de Sérifos.



Un "arcón" es una forma primera de "arca" y el "arca" puedes leerla en el apartado del Génesis en su epígrafe de Noé, pero en esta época que ahora nos ocupa y en el mito de Koridwen aparece una barca sin "vela"... una barca sin "b"... una "arca" que transportará un "proyecto de pacto o acuerdo", el pacto Taliesin, así arcas, barcas y arcones, simbólicamente deben considerarse contenedores de "escritos, conceptos o elementos lingüísticos".



Océano es un titán territorial y su territorio es el "mar" pero además es un titán lingüístico que escribe sobre "su territorio"... sobre el "mar" y es que el "mar" simbólicamente es nuestra "Lengua en el discurso"... es "nuestra (a) mayor (r) práctica (m)".



Entramos de lleno en el mito, pues acabamos de dejar a (los conceptos) Perseo y Dánae en un (sobre) arcón flotando en la Lengua para arribar a la "isla" de Sérifos.



Sérifos: sé-ri-f-os: Únicamente estás en (os) la Lengua (f) y únicamente es (sé) la Ley (ri).



Tres son las "generaciones" de los kure para llegar a la kâbala. La generación del Verbo es la Palabra, la generación posible es la Lengua y "la más grande" generación es la Ley... el "oro", el "león"...



Sérifos es una "isla" de kures en un mar de keras, es una isla de "Lengua simbólica" en el "territorio de la Lengua cognoscitiva", el mar de Océano.



Dictis, un pescador, recoge el arcón con su "red" y viendo su contenido, lleva a Dánae y al niño Perseo a su humilde cabaña.



Dictis es un "pescador" kure que tiene sólo su "red" y una pobre "cabaña".



Dictis: di-cti-s:Únicamente (s) la generación de (i) la "palabra posible" es (ct) la generación del discurso (di). Como puedes comprobar su "cabaña" es muy pobre, se encuentra en los comienzos de la lengua discursiva, ni siquiera tiene en su "cabaña" a la palabra simbólica (kl) como expresión del Verbo para abrir su discurso.

De todos es sabido que nuestra "piedra" se encuentra por igual en los grandes palacios y en las chozas de los campesinos, Noé y Abram la tienen en sus "tiendas" y Zeus la encontrará en la pobre choza en que viven Baucis y Filemón. Nuestra palabra está en nuestra Lengua y esa es tu casa, el lugar donde vives y construyes tu vida.



Dictis, al igual que el Herákles capturó a la Cierva de Kerinia y al Jabalí de Erimanto, captura el arcón y su precioso contenido con su "red", con sus "argumentos discursivos" que aunque con pocos recursos no dejan de ser eficaces en el "mar de la Lengua".



Y pasan los años, Perseo es ya un joven, cuando el hermano del pescador y rey de la isla, Polidectes, se siente atraído por Dánae y esto molestaba bastante a Perseo.



Polidectes piensa en como alejar al hijo para así facilitarse el acceso a la madre e...impone un tributo nuevo que ha de ser pagado con caballos.



Polidectes: poli-d-ecte-s: El discurso (d) únicamente (s) depende de (e...e) la "palabra" posible (ct) y la generación de la ley-método (li) está en el sentido común (po).



Esa "palabra posible" pudiera ser la "na" de Dánae ya que seria un excelente complemento operativo para el concepto regente en su parte "dectes" ya que al concepto Perseo ya lo tiene parcialmente incorporado en su prefijo "poli".



Y ese "poli" es lo único que lo diferencia de su hermano, no parece este el momento de leer los prefijos en la Lengua, señalar que no son infrecuentes, hipo, tele... y todos tienen su propia dinámica en relación a las palabras que complementan.



Perseo carece de caballos y pide le sea cambiado este tributo por un trabajo. Polidectes aprovecha la ocasión para alejar definitivamente al joven y pide en compensación la cabeza de la gorgona Medusa.



Por suerte para Perseo, Tenia tiene "cuentas" pendientes con Medusa desde que ésta se había ayuntado con Apolo en su Templo.



Tenia le entrega su "escudo de bronce" y le indica el camino para encontrar a las Grayas, hermanas de las Gorgonas y únicas que conocían su paradero en lo más extremo y profundo del mar de Océano y como llegar a él. Las Grayas como acabamos de leer son las leyes en la Lengua y por consiguiente saben donde encontrar a la "na" (nuestra n) de las Gorgo"na".



Perseo siguiendo las instrucciones de Tenia se dirige hacia el Atlas y allí en una cueva encuentra a las tres hermanas Grayas. Perseo hacía pregunta tras pregunta y las Grayas movidas por la curiosidad querían todas ver a tan impertinente joven para lo cual se pasaban una a otra el único ojo de que disponían. Perseo en un descuido se apoderó del ojo y puso como condición para devolverlo que le enseñaran el camino para llegar hasta sus hermanas Gorgonas.



Las Grayas con tal de recuperar su ojo se lo revelan, pero Perseo una vez conocido el camino y para evitar que puedan avisar a sus hermanas antes de que él llegue, arroja el "ojo" al río que va al lago del Tritón.



Recuerda lo que acabas de leer sobre las Grayas y el lago Tritón.



Las ninfas del lago apreciaron el "regalo" de Perseo y le dieron para el viaje: un casco que te hace invisible al ponértelo, unas sandalias aladas y un saco "especial".



Por su parte Hermes le proporcionó una espada de bronce curva.



Como puedes comprobar el relato se mantiene en el discurso, los símbolos que ya te son conocidos como el "ojo" de las Grayas, así como éstas y las ninfas, personajes que ya conoces, los pasaré por alto. Tenia y Hermes aunque tienen alguna presencia, no es tan relevante como para adelantar su lectura, sólo leeremos los símbolos que no conocemos.



El primer símbolo que aparece es el "escudo de bronce" de Tenia. Un escudo cuando es utilizado en los mitos de una forma deliberada, no es un "objeto defensivo" y debemos tomar esta palabra en su acepción de "continente", paraguas bajo el cual nos situamos o se suceden unos acontecimientos. En el escudo del Herákles puedes "leer" todos los trabajos que bajo su égida realizó y cuando este relato termine la "cabeza de Medusa" se incorporará al "escudo" de Tenia como el máximo exponente del saber alrededor del cual orbitan todos los conocimientos y es que Tenia es la "Sabiduría" y su escudo es "el espejo de la Sabiduría".



Un "casco que te hace invisible"... en la Lengua, las ninfas le enseñan a Perseo como crear palabras que "son el contenido de la palabra", le enseñan a hacerse "b" y así no poder ser distinguido en la Lengua cognoscitiva una vez que se adentre en el interior del "mar de Océano" en busca de la "gruta" donde viven las Gorgonas. Para encontrar a "nuestra n" antes tiene que dominar la "b".



Unas "sandalias aladas", como las de Hermes, veloz mensajero de los dioses. Una sandalia perderá Jasón al cruzar el río Anauro y si Aquiles hubiese llevado sandalias seguiría vivo. Si en la superficie de la tierra reside el sentido común y es en los pies del hombre donde nacen "discurso y lengua oculta", una en cada pierna, subiendo por ellas se articulan en las rodillas y terminan uniéndose en la meta que es la Ley, allí donde nace la Lengua y entra el sentido común de la tierra al hombre reside "nuestra n", Iesus fue "crucificado" con los dos pies "unidos por el mismo clavo". Aquiles no murió porque "una flecha alcanzara su talón" sino porque "un argumento le alcanzó en el único punto de su cuerpo en que su Verbo era vulnerable, nuestra n, su talón".



Talón: Nuestra Ley posible (Tal) está "oculta y viva" (ón).



Unas sandalias son un contenedor de "nuestra n" y con ellas puedes desplazarte con suma velocidad por la Lengua oculta o cognoscitiva y si tienen, cual Pegaso, dos "alas", si poseen las dos leyes, i-n, de la Lengua, más rápido aún.



Y finalmente, las ninfas del lago de la Lengua del Tritón le han regalado un saco "especial", porque "nuestra n" no entra en cualquier sitio y debemos protegernos de su "visión", los que la conocen, por respeto y los que la conocen deben evitar que aquellos que la desconocen la vean pues, pueden ser tratados como herejes o locos.



Hermes le regala una espada curva de bronce, cuando próximamente leamos los metales sabrás que "bronce" no sólo designa al producto metálico, sino que por extensión califica como de lo "más perfecto" a aquello a lo que se refiere. El "David" de Miguel Ángel es un "bronce", una obra perfecta y perfectamente acabada y nuestra Lengua a partir de Perseo es de "bronce". Una "espada de bronce de Hermes" es un instrumento hermético perfecto.



Perseo sigue las instrucciones de las Grayas y llega a la gruta donde viven las Gorgonas, están dormidas, circunstancia que aprovecha para acercarse a ellas andando de espaldas para no mirar a Medusa pues, al verla quedaría paralizado, pero usando el escudo de bronce de Tenia como espejo para guiarse, al llegar junto a Medusa le corta la cabeza con la espada de Hermes y sin volverse la introduce en el saco "especial".



Las hermanas Gorgonas inmortales se despiertan, pero ya es tarde, Perseo se ha puesto el casco que le hace invisible y confundido entre las palabras cognoscitivas que pueblan a Océano en sus entrañas, huye velozmente haciendo uso de sus sandalias.



Sólo hay un importante detalle que ha de ser resaltado, pues es de importancia capital para la comprensión de "todos" los mitos.



Perseo se acerca a "nuestra n" caminando de espaldas, los hijos de Noé entran en la "tienda" de su padre Noé caminando de espaldas para no ver la "desnudez" de su "dormido" padre (dormido como Medusa). Si Perseo introduce la cabeza de Medusa en un saco para llevársela, estos cubrirán la desnudez de su padre con una manta para sacarlo a la luz del día, en ambos casos "nuestra n" queda oculta a la vista del "discurso". Pero lo notable es que en ambos casos lo hacen de espaldas y es que en nuestra Lengua "los últimos serán los primeros" y tienes que tenerlo en cuenta no sólo para comenzar a leer un mito sino siempre.



Perseo, el concepto en él que "lo más grande" se encarna en el "sentido común" se ha hecho con la "na", nuestra n, residente en lo "más profundo del mar de Océano"... de la Lengua cognoscitiva u oculta y ahora de vuelta vamos a leer como se hace con la "na", nuestra n discursiva con lo que las unifica en "su concepto", en el sentido común.



Cefeo, rey de Yope, tiene con su esposa Casiopea una hija llamada Andrómeda.



Casiopea había comparado a su hija con las nereidas y de resultas Andrómeda se encuentra expuesta a un monstruo marino.



Cefeo ha prometido que su hija se casará con aquél que la salve.



El lugar donde se desarrolla el drama es "las dos leyes (Y) están en el lugar donde el Verbo es (o..e) el sentido común (p)": Yope, sitio sumamente favorable para Perseo.



El concepto "regente" pone a la Lengua en dependencia de la palabra en su "eo": Cefeo, pero es su esposa, complemento operativo y por tanto autentica protagonista la que nos aclara a esa palabra.



Casiopea. CasiØo-peØa: Nuestro Verbo (Øa) es el sentido común (pe) y está generando (iØo) únicamente a nuestra palabra (Cas)... está generando a su hija Andrómeda.



Andrómeda: Andró-meda: Nuestra n (an) está en la Lengua Simbolica (dró) y la práctica es (me) nuestro discurso (da).



Andrómeda se encuentra expuesta en un entrante del territorio-discurso en el mar-cognoscitivo, nuestra n del discurso se encuentra expuesta y a la vista de los "monstruos marinos", Perseo utilizará de nuevo su "instrumento hermético" para "matar" al monstruo y hacerse con Andrómeda.



Perseo con el mismo instrumento hermético se hace con nuestra n cognoscitiva y con nuestra n discursiva o simbólica, desde ahora esta confluencia es posible, en el trabajo del Herakles de "la limpieza de los establos de Augias" vemos como nuestra n simbólica - los establos - se complementa con nuestra n cognoscitiva - Augias - conformando una única nuestra n que nos abre la lectura del mito.



Durante los preparativos de la boda, Fineo, hermano del rey reclama a Andrómeda, pues habia estado prometida a él, pero Perseo lo petrifico con una mirada de la cabeza de Medusa. Fineo es el "eo" de nuestra n cognoscitiva, la que "genera a la Lengua", y sí Andrómeda se "casa" con él, en la Lengua dejaría de existir como independiente la nuestra n simbólica... y esto no es operativo, por lo que los creadores del mito se adelantan a posibles "recalcitrantes" puristas.



Perseo "se casa" con Andrómeda y vuelve con ella a la isla de Sérifos. Estando allí morirá petrificado el rey Polidectes y posible concepto sentido común, al igual que el concepto posible nuestra n que es Acrisio morirá cuando desde allí regresen a Argos.



Perseo y Andrómeda acabaran sus días como reyes de Tirinto... "el conocimiento posible está en (nto) la Ley (ri) y en la Lengua (ti)... primer posicionamiento ideológico de los kera del Ponto y los kure de Argos (Arcadia) frente al "conocimiento posible está en la palabra" de los Atlantes cronianos.



Aquellos que construyeron este mito, así como aquellos a los que iba dirigido, hacía ya largo tiempo que dominaban la Lengua cognoscitiva u oculta, primera en ser creada. Por esta razón el mito se recrea más en su parte discursiva y simbólica.



Cuando Erictonio inventó "la cuadriga", las tres manifestaciones del Verbo (kâbala) más su aportación, la Lengua simbólica, se produjo entre los cultivadores de la Lengua la paradoja que llamaron acertadamente gorgona Medusa, y en este mito hemos visto como la nuestra n de la Gorgona puede convivir e incluso ser la misma que la nuestra n de Andrómeda en el Sentido común que es Perseo.



A partir de ahora "pr" será una forma más de referirnos a la Lengua, junto a la "F", "br" y "dr".



Vamos ahora a hacer unas reflexiones que completen la lectura de este hermoso mito.



La primera es que su importancia supera con mucho los márgenes de la Lengua y esta conjunción de los intelectuales linguistas kera, ninfas Naia, con los intelectuales legalistas kure, ninfas Dríade, dará paso al nacimiento de las ninfas Nayade y a la confluencia de los tres "ríos", corrientes de opinión política que en Arcadia coexisten, Ínaco, Asterión y Cefiso en el río que controlará el poder político en Argos, el río Haliacmón y sus Nayade, militantes, vendrán representados en su concepto simbólico, Hera, "patrona de Argos". Será este "río", corriente de opinión política, el que protagonice y dirija toda la Heraklita.



La segunda es consecuencia de la anterior, la acabamos de ver escenificada en la unión de Crio y Euribia y aquí es la unión de Calirroe con el monstruo Crisaor surgido del descabezado torso de Medusa y con ellos el nacimiento de Equidna y de su hermano Geriones "él de las tres cabezas", comenzando a cristalizar la ruptura de la organización Gea que se escenificará con el nacimiento del Herakles y del Pacto Ífikles.



La tercera es de tan largo recorrido que llega hasta nosotros, me refiero naturalmente al trabajo de Belerofontes y la Quimera.
LA "H"

Con casi toda seguridad habrá quién piense que esta consonante es un autentico incordio y que pudiera estar demás, sin embargo sin ella nuestra Lengua no sería posible, o al menos no sería tan operativa como lo es.

A la "H" la estamos leyendo como "la actividad del Verbo", ahora y viendo donde la encontramos vamos a cercar y precisar esta lectura.

La "H" la encontramos en Hesíodo que es una de las musas del monte Helicón.

El monte es un "lugar donde la superficie de la tierra se eleva acercándose al eo de la Ley que reside en el cielo" o lo que es lo mismo, "es un lugar donde el sentido común de la sociedad se rige por alguna de las manifestaciones de la Ley", y particularmente este se llama Helicón y en su nombre nos precisa "cual es esa manifestación de la Ley".

Helicón: La "H" es la Ley que genera palabras (lic) y está "oculta y viva" (ón)... La "H" es el método por el que creamos las palabras que forman nuestra Lengua y los que tal tarea hacemos estamos ocultos y operativos en ella... en la "H".

Y Hesíodo nos cuenta la Teogonía, bueno, escuchamos el "discurso" de la Teogonía, ya que para todos Hesíodo es HesíØ-odo: La "H" es la única generación del Verbo - que está en el origen del discurso.

Hesíodo es una musa del monte Helicón cuando estas nos dicen:

Ellas precisamente enseñaron una vez a Hesíodo un bello canto mientras apacentaba sus ovejas al pie del divino Helicón. Este mensaje a mi en primer lugar me dirigieron las diosas, las Musas Olímpicas, hijas de Zeus portador de la égida: "¡Pastores del campo, triste oprobio, vientres tan solo! Sabemos decir muchas mentiras con apariencia de verdades; y sabemos, cuando queremos, proclamar la verdad."

Y es que las Musas, al igual que Hesíodo y Homero, son hijas de la Memoria, de Mnemosine.

La "H" la encontramos en Hades, el dios de lo "oculto" que paradójicamente se define en lo visible, lo cotidiano, en el discurso.

Hades: La "H" únicamente es nuestro discurso... La "H" únicamente es el discurrir cotidiano de nuestra vida, aquello que hemos hecho en vida y por lo que al morir se nos juzga en el Hades, y de ese juicio se derivará que nos sentemos en las "sillas del olvido" o bien accedamos a la inmortalidad cuando la "H" de algún Historiador, cual Hesíodo u Homero nos cante en sus mitos y recree en ellos a la "H" con que nos presentamos ante Hades.

Zeus es el rey de los dioses, es el rey de los conceptos simbólicos, y es la culminación de las consonantes pronunciadas, pero en lo que ahora nos atañe es el símbolo de la mayor capacidad ejecutiva del poder político y consecuentemente ese poder político lo encontramos en su esposa.

Hera: La "H" es lo nuestro más grande... es el "poder" y como es la patrona de Argos, capital política de los kuretes arcadio. La "H" de Hera es la auténtica detentador del poder político en Arcadia, bueno, los reales detentadores de dicho poder son las ninfas que tras el símbolo Hera se "ocultan", ninfas que componen a la monstruosa Equidna y que se hayan organizadas en otra "H", la del "río", corriente política e ideológica, Haliacmón.

Haliacmón: H-al-iØa-mc-ón: La "H" es - nuestra Ley (al) - nuestra capacidad ejecutiva (iØa) - y la práctica de nuestra "palabra" (acm-Javilá) - y está "oculta y viva"... y seguirá en esa situación (la "H" de Haliacmón) mientras que dependamos políticamente de los atlantes cronianos.

La Hidra es un monstruo con cola de serpiente, cuerpo de perro y cien cabezas de serpiente y una de ellas es inmortal.

Hidra: La "H" genera nuestra "dr", la "H" genera a nuestra Lengua Simbólica, sepamos quienes están detrás de esa "H".

Un monstruo es un colectivo voluntariamente organizado, y tiene "cuerpo de perro", el perro es el animal que encarna simbólicamente al "sentido común", es una "corporación u organización" que hace del sentido común su base o centro de gravedad ideológico, y tiene cola de serpiente... surge de la "tierra", está formada por individuos que son naturales del territorio donde se encuentra y vive. Y tiene cabeza de serpiente, su parte regente, la que dirige su actividad es de serpiente, como la que ejerce su magisterio en Edén, y son "cien", cincuenta y cincuenta, L y L, y una de ellas es "inmortal", nuestra n.

Sí hacemos un resumen de lo que hemos expuesto llegaremos a la conclusión de que la "H" de la Hidra esconde a un colectivo de ninfas naias creadoras de la Lengua Simbólica.
LA LENGUA DE LA QUIMERA

Eo

No parece este el momento ni el lugar apropiado para analizar la naturaleza del Verbo, ni yo pretendo reabrir añejas polémicas escolásticas, inútiles y estériles, sin embargo sí puedo y debo estudiar el papel que el Verbo desempeña en nuestra Lengua.

Eo: Lugar donde es y estás en el Verbo.

Para un mejor entendimiento de este concepto nos valdremos de ejemplos y así ahorrarnos tiempo y explicaciones.

La mayor aproximación que podemos pretender al Verbo es, "únicamente es el lugar donde es y estás en el Verbo": Eos. Cualquier otro concepto nos situará fuera de él, Eos es la aurora en el discurso, ese momento inaprensible que marca el paso de la noche al día, momento en que parece que algo distinto al transcurrir del tiempo se manifiesta en la bóveda celeste. Eo es irrepresentable en su esencia en el discurso al no tener referencia objetiva en el mundo cotidiano, el concepto "eo" está en el origen de la no representabilidad del Verbo-palabra.

Ceo es un Titán hijo de Gea y Urano y como Titán está abierto a dos lecturas complementarias, Ceo son las canteras y su producto es la piedra y su lectura es "el eo es la palabra".

León (de Nemea) es un monstruo y como tal es una institución o corporación, en este caso es un cuerpo de legisladores, su lectura es: "el eo es la ley y está en la n".

Peón es el "médico" de los dioses y su lectura es: "el eo es sentido común y está en la n", que como puedes ver es una forma de nombrar a la Lengua.

Ceo, León y Peón conforman las tres presencias de la Kâbala en el eo.

Y finalmente Reo, una jovencita hija de Estáfilo y Crisótemis.

Reo <: "el eo es lo más grande", es hija de la Lengua y su "aplicación".

Estáfilo: e-st-áfil-o: El lugar donde el Verbo (e......o) es únicamente posible (> est) está en la ley y en la generación de nuestra Lengua (áfi-lo <).

Crisótemis: crisó-temis: La palabra más grande generada únicamente está en (> Crisó) la única "mi" posible (temis <), "en la Justicia o en los mitos".

Reo es esa ley (nuestra n) de su padre que se encarna en la palabra de su madre.

Debido a su esencia, base de su ubicuidad, el Verbo en si mismo sólo se puede concretar allí donde la ubicuidad es parte esencial del concepto mismo, y esta propiedad sólo la encontramos en la palabra como genérico y en la manifestación de la palabra-Verbo en la Lengua, la n, las dos únicas palabras que podemos construir en la Lengua que sean contenido del continente eo son Eco y Eno.

Eco: El lugar donde el Verbo es y está en la palabra. Como en el discurso todos sabemos que es el eco, obviaré de momento la historia de Eco.

Eno: El lugar donde el Verbo es y está la n. También te ahorraré su mito, pues ya conoces a la n.

En esta cualidad de contenedor de conceptos eo presenta tres transitivos dignos de mencionar, Eros, Esón y Egón.

Eros y Egón son dos conceptos pre-diluviales y Esón es un concepto creado hacia el tercer siglo de Aries y lo leeremos en su mito, los Argonautas.

Eros como probaremos en su momento es "hijo" de Erebo y Nicte, en el discurso es el amor, pero en contra de la opinión generalizada de los mitólogos, que poco o nada saben de los mitos, no es el amor carnal sino el amor como motor social que está "moviendo" a sus padres en la generación desde Kaos hacia Gea. Eros <: Únicamente estás en el lugar donde el Verbo es lo más grande.

Egón es un rey de Argos, es un concepto regente en Arg-os: Únicamente estás en (os<) nuestro mayor contenido (> Arg), "en nuestra palabra-poder político". Egón: El lugar donde el Verbo es el contenido está en la n.

Finalmente eo lo podemos encontrar como continente del lugar donde es y está un concepto.

Edipo: El lugar donde el Verbo está en el sentido común (po<) es generando el discurso (>Edi).

Para terminar de momento este apartado que tendrá su continuación en la égida de Aries señalar que los "nombres" cuyo transitivo se realiza por la "e" son de varón (Teseo) y aquellos que lo hacen por la "o" son de mujer (Cloe) confirmando la relación de "casado con" como la de un concepto regente y su complemento operativo.
A un visitante que a sí mismo se definía como buscador de la verdad le dijo el Maestro:

- Si lo que buscas es la Verdad, hay algo que es preciso que tengas presente por encima de todo.
- Ya lo sé, una irresistible pasión por ella ... (dijo el discípulo)
- No, una incesante disposición a reconocer que puedes estar equivocado ... (le respondió el maestro

no veas

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la maroma

pantano alo lejo

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la villuela

subida a la maroma

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bartha