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lunes, 21 de febrero de 2011


A las nueve de la mañana del 25 de enero de 1830, cinco días después de ser condenado por asesino y pirata, el gallego Benito Soto Aboal, capitán de «La burla negra», salió de su celda para ser ejecutado en Gibraltar por la justicia británica.

La lluvia que caía en Gibraltar aquel día invernal empapaba sin compasión al reo, al cura que lo asistía y a la multitud que se amontonaba en torno al cadalso. A sus 25 años de edad, el gallego Benito Soto Aboal iba a morir ahorcado. Había adelgazado mucho desde su detención, y su semblante, antes curtido por el aire del mar, se había vuelto de un matiz pálido y amarillo en los 19 meses que llevaba preso.

Para cubrir los centenares de metros entre el castillo del Moro y el lugar de la ejecución, el gallego se había vestido con una chaqueta y pantalones blancos; los zapatos se le habían ensuciado de barro y la camisa, desabotonada en el cuello, permitía que el agua le resbalara hasta el pecho. El pelo, antes abundante y espeso, había sufrido un apresurado trasquilón y la navaja del descuidado barbero también le había privado de las grandes patillas que antes lucía.

Nada más terminar el juicio, las autoridades del Peñón le habían ofrecido un confesor, pero Benito respondió que con cuatro días de vida por delante, aún le quedaba tiempo. Debió comprobar cómo las horas pasaban muy deprisa, porque pronto consintió en ver al sacerdote. «Como es católico, su confesión no ha sido hecha pública», relata la crónica oficial de los funcionarios anglicanos.

En cuanto llegó ante el dintel de la horca, el condenado rezó fervientemente durante un cuarto de hora aferrado al Cristo prestado por el sacerdote. Después reconoció ante los presentes, en español, la justicia de su condena, al tiempo que los exhortaba a aprender de su muerte y a que rezaran por él. Escuchó la sentencia, leída en inglés y traducida al español, con aire indiferente y los brazos cruzados y una vez terminada, dicen, echó una gran carcajada oteando a la muchedumbre reunida y se despidió con un «adiós a todos».

Luego, como vio que la soga estaba algo alta, se subió bruscamente al ataúd, logró introducir el cuello por el nudo corredizo, se inclinó hacia delante y dio un salto para caer con más fuerza y acelerar la muerte. Pero la cuerda se estiró y sus pies llegaban a rozar el suelo, por lo que tuvieron que cavar un agujero bajo ellos para que el cuerpo quedara colgando y la soga cumpliera su trabajo.

Hecha apresuradamente esta macabra operación, y tras unos pataleos espasmódicos, Benito Soto expiró.



EL INICIO DE LA HISTORIA

La vida del último pirata gallego comenzó el 22 de marzo de 1805, en A Moureira, el arrabal marinero de la ciudad de Pontevedra. Benito Soto era hijo de marinero y, desde aquella lluviosa mañana de invierno en Gibraltar, ostenta para la historia el dudoso honor de ser el último pirata gallego capturado, juzgado y ajusticiado.

Un pirata al estilo clásico que cuentan las leyendas: valiente, agresivo, violento y sanguinario. Pero él fue real. Al igual que sus quince compañeros de tripulación y las víctimas de su fugaz carrera.

Aunque la leyenda lo encuentra acumulando inmensas riquezas a bordo de barcos piratas desde el Caribe hasta las costas del Pacífico, su historia es una breve y siniestra estela que tan sólo duró cinco meses, en una travesía desde el golfo de Guinea hasta la ría de Pontevedra.

Aunque la preparación arranca de sus primeras correrías como contrabandista en las rías gallegas, el prólogo comienza el 22 de noviembre de 1827 en el puerto de Río de Janeiro, donde se embarca como segundo contramaestre del Defensor de Pedro, bergantín negrero y con patente de corso al servicio del emperador de Brasil.

El capitán es Pedro Maris de Sousa Sarmento y la tripulación está formada por 36 aventureros españoles, brasileños, portugueses y franceses.

Tras cruzar el Atlántico, el Defensor de Pedro llegó el 3 de enero a la bahía de Ohue, en el enclave portugués de Mina (actual Ghana). Veinte días después, mientras se estaba preparando el embarque de la carga humana, nace para la negra pero apasionante historia de la piratería Benito Soto.

Dirige el motín que le da posesión del barco, deja en tierra a su antiguo capitán y a los marineros que no han querido seguirle y zarpa el 26 de enero hacia el Atlántico sur en busca de presas con las que enriquecerse. Está a punto de cumplir 23 años y toda una vida por delante.

Su segundo es el culto Victor de Saint-Cyr, familiar del famoso mariscal de Napoleón; y el capitán de presa, José dos Santos. La edad media de la tripulación apenas llega a los 25 años.

Antes de encontrarse con ningún buque, Soto comete su primer asesinato, uno de los dos únicos que reconoció en el juicio. La víctima se llamaba Miguel Ferreira, un ferrolano violento que se enfrentó al nuevo capitán en repetidas ocasiones hasta que éste, harto de que le llevara la contraria, le descerrajó un disparo de pistola en la cabeza y lo tiró al mar.

En los días que siguieron a este suceso, y hasta el 19 de febrero, Benito Soto asienta su poder como comandante de la veintena escasa de piratas que tripulan El defensor de Pedro. En esa fecha, que inició una frenética y aterradora carrera que sólo duró cincuenta días, quisieron el destino y los vientos del sur que se cruzase en el camino del gallego el indiaman (mercante de tres mástiles) británico Morning Star, procedente de Ceilán que se dirigía a Londres con carga general, 17 inválidos que habían servido en el ejército colonial, cuatro esposas de soldados destacados en la India y nueve niños.

Esta primera acción de piratería sería la base principal para condenar a la tripulación del bergantín, ya que varios de los testigos de la sangrienta acción pudieron declarar en el juicio:



ABORDAJE DEL MORNING STAR

Con cinco cañones por banda y uno en la proa, el Defensor de Pedro se acerca al Morning Star. Varios disparos de aviso cada vez más próximos hacen comprender al capitán Thomas Gibbs que su pesado y lento barco no podrá huir y detiene su marcha. Soto le ordena que suba a bordo, pero el inglés envía una embajada que, maltratada por los piratas, es devuelta al mercante.

Por fin, Gibbs sube al Defensor de Pedro y lo primero que recibe, entre las miradas divertidas de la tripulación, es el sablazo en la cabeza que le propina Soto, molesto por la tardanza con que ha cumplido sus órdenes.

Después es arrojado a la bodega en compañía de otros tres marineros. Los piratas abordan el indiaman y se llevan todo lo de valor que encuentran, mientras reparten sablazos a diestro y siniestro entre tripulantes y pasajeros (incluso abusan sexualmente de las mujeres) antes de encerrarlos a todos en el sollado, cerrar los accesos y barrenar el casco para que se hunda. Soto ha decidido que no quiere testigos de sus asaltos, por lo que ordena matar a todos. Horas después, ya alejados del Morning Star, que comienza a hundirse, Gibbs es asesinado en cubierta y sus compañeros, que han saltado al mar para tratar de salvar la vida, son rematados a tiros desde la cubierta.

Mientras tanto, los encerrados en el buque inglés consiguen liberarse, taponar los agujeros, montar un aparejo que los mueva y seguir navegando hacia su destino original, adonde llegarán dos meses después.

Tras el bautismo de fuego, Saint-Cyr propone cambiar el nombre del barco, que pasa a llamarse La Burla Negra, y continúa con su búsqueda de nuevas víctimas que se dirijan a Europa procedentes de las Indias Orientales a través del cabo de Buena Esperanza, o de Suramérica y el Pacífico tras salvar el cabo de Hornos o el estrecho de Magallanes.

El siguiente barco asaltado fue el Topaz, matriculado en Boston. Cuando horas después se alejan de él, esta vez sí, la tripulación pirata ha cumplido las órdenes de Soto y ha asesinado a todos los tripulantes, salvo al capitán y a tres marineros, encerrados en La Burla Negra.

El bergantín bostoniano arde antes de hundirse y los tres supervivientes no tardarían en reunirse en el fondo del mar con sus compañeros.

Esta sería la última fechoría en la que los piratas de Soto intervinieron a sangre y fuego, ya que sus otras cuatro víctimas pudieron seguir viaje tras ser aligerados de la parte más valiosa de su carga y de las pertenencias personales de los tripulantes.

En su declaración en el juicio, Saint-Cyr manifestó que pocos días después de asaltar el Topaz se encontraron con otro mercante al que trataron de abordar, pero los mantuvo a raya con el fuego de sus cañones hasta que cayó la noche y pudo escapar. Varias de las andanadas de ese barco (algunas fuentes lo citan como el Unicorne) impactaron en La Burla Negra y los destrozos aconsejaron al capitán a poner rumbo a las Azores para reparar.

Pero antes de llegar a la isla de San Miguel dieron cuenta de las pertenencias del Cessnock, barco británico que había zarpado de Escocia y que, para su desgracia, se cruzó con ellos.

Las bodegas estaban repletas de los artículos robados y era preciso hacerlos efectivos, por lo que se decidió enfilar hacia España donde poder vender el alijo. Dejando atrás las Azores, el bergantín, de nuevo La burla negra, interceptó al New Prospect, que venía de Londres y, para su suerte, pudo seguir viaje hacia Canarias aunque algo más ligero de carga.

El siguiente fue el buque portugués Ermelinda, al que aliviaron de café, seda y añil. Aquel mes de abril de 1828, era Semana Santa, el Atlántico sufrió varias jornadas de tormenta que maltrataron los mástiles y las velas del barco de los piratas.

Por suerte para ellos, el día 8 avistaron el Sunbury, que regresaba desdde la isla Mauricio hacia la de Wight y, sin más, le robaron el material que necesitaban además de algunos valiosos efectos personales de los tripulantes.

Ellos fueron las últimas víctimas de la breve carrera del último pirata gallego. Entre el 19 de febrero y el 8 de abril, La burla negra abordó seis barcos, cuatro ingleses, un americano y un portugués.

LA VENTA DEL BOTIN

Tras una corta travesía, el bergantín, de nuevo Defensor de Pedro, fondeó en la ría de Pontevedra, frente a Bueu, el día 17 de abril. Allí Soto, con la ayuda de su tío José Aboal, para quien ya había trabajado en sus años mozos, vendió parte de la carga a empresarios que se dedicaban al contrabando.

Pero la presencia de un bergantín tan sospechoso en el medio de la ría intrigó a las autoridades pese al dinero empleado en sobornos. Buscaron aguas más tranquilas y las elegidas fueron las del puerto de A Coruña, donde prosiguieron con las operaciones de venta de las rapiñas.

Pero una tripulación como aquella, con dinero abundante para gastar y provocadora de numerosos altercados, además de las lógicas indiscreciones hechas bajo la influencia del abundante alcohol que trasegaban, no pasaron inadvertidas en la ciudad. Además, algunos de los marineros que seguían en el grupo por miedo a Soto trataron de denunciar al pontevedrés y éste, al enterarse, comprendió que Galicia ya no era segura y zarpó de la ría coruñesa el 19 de abril rumbo al Mediterráneo con la intención de continuar sus andanzas piratas al amparo de las costas de Berbería, infestadas de colegas de profesión.

En el rol de la tripulación faltaban tres hombres, encarcelados tras protagonizar altercados.

En los 14 días siguientes, Soto cambió de idea. Como ya había conseguido vender gran parte del botín en Pontevedra y A Coruña y había dejado a buen recaudo el resto, decidió acabar con sus correrías y disfrutar del futuro que le podían deparar sus riquezas. Así que cuando navegaban cerca de Cádiz (aunque él, poco experto en pilotar barcos, creía que era Tarifa), ordenó dirigir la proa hacia la playa y embarrancar.

El defensor de Pedro/La burla negra terminó con la quilla hundida en el arenal de Santa María, un gran agujero en el casco y con la tripulación, de catadura muy sospechosa, tratando de explicar los pormenores del incidente a las autoridades. Era el 9 de mayo.

LA DETENCION

Benito Soto trata de vender el barco de forma irregular (no en subasta abierta, como era preceptivo, sino al mejor postor) y los marineros repiten sus días de escándalo en A Coruña y Pontevedra, con borracheras, peleas y gastos superiores a los que se suponen a simples marineros.

Todo esto crea grandes sospechas en las autoridades gaditanas, que tres días después detienen a todos menos a Soto, que huye a Gibraltar, y a José de los Santos, que logra embarcar y no se vuelve a saber de él.

Durante el segundo semestre 1828 y todo el año 1829 se cruzan infinidad de oficios, declaraciones e informes entre las autoridades de Pontevedra, A Coruña, Londres, Cádiz y Gibraltar. Para entonces, desde A Coruña han sido enviados a Cádiz los tres tripulantes que no viajaron en la última travesía del bergantín. También llegan a la colonia británica tres de los supervivientes del Morning Star. Reconocen a Benito Soto y se muestran dispuestos a declarar contra los piratas que los asaltaron en el Atlántico sur.

Por fin, el 19 de noviembre de 1929 comienza el juicio contra los piratas de La burla negra en el Arsenal de La Carraca de Cádiz. Los hechos se van desgranando hasta el 3 de diciembre de 1929, fecha en que son dictadas las sentencias: doce penas de muerte por ahorcamiento (dos en rebeldía) y tres condenas a seis, ocho y diez años de cárcel. Las mismas penas que había solicitado el fiscal, teniente de navío Jorge Lasso de la Vega.

AQUELLOS DUROS ANTIGUOS

“Aquellos duros antiguos que tanto en Cai dieron que hablar...”


El fantasma de El defensor de Pedro/La Burla Negra volvió a aparecer en Cádiz tres cuartos de siglo después de que el bergantín pirata quedara encallado en la playa. En aquel mismo lugar, las fuertes mareas del 3 de junio de 1904 sacaron a la luz, entre la arena, una gran cantidad de monedas acuñadas en 1752 y 1757.
Dada su similitud con los duros de la época, así los denominaron los miles de personas que corrieron a apañarlos y que quedaron convencidos de que provenían del botín que habían tenido que abandonar los piratas. El genio de los gaditanos compuso una coplilla, ya universal, que recordaba “Aquellos duros antiguos que tanto en Cai dieron que hablar...”.

Y con aquel barco, con aquellos duros y con esta copla todavía navegó por el escenario del teatro Falla el coro Defensor de Pedro en el Carnaval de Cádiz de este mismo año.

Las autoridades ignoraron el ofrecimiento de Victor Saint-Cyr de ajusticiar él mismo a sus compañeros si se le perdonaba la vida (el verdugo oficial vivía en Sevilla y no parecía muy dispuesto a bajar a Cádiz para hacer tanto trabajo), por lo que tuvo que pasar sus últimos días en una celda separado de los compañeros, que no habían visto con buenos ojos el ofrecimiento. El 11 de enero de 1930, a las 11 de la mañana, se ejecutó la sentencia para seis de ellos y el día siguiente, a las 10, se cumplió la de los otros cuatro.

Sólo un día después, Benito Soto se sentaba en el banquillo de los acusados ante el honorable gobernador general de Gibraltar, sir George Don. Como sabía que tenía poca defensa, sobre todo frente a las declaraciones de sus víctimas, enseguida vio claro el escaso futuro que le quedaba y adoptó una actitud resignada. No obstante sólo se declaró culpable de dos muertes: la del ferrolano Manuel Ferreiro, compañero pirata de las primeras horas de La Burla Negra, y la de un marinero americano del Topaz.

Fueron siete días de juicio, y una sentencia anunciada que confirmaba la que pocos días antes había dictado el tribunal español: muerte por ahorcamiento.

LAS SENTENCIAS

Benito Soto. PONTEVEDRA. 25 años (huido y preso en Gibraltar):

Ahorcado, arrastrado, descuartizado y sus cuartos expuestos en ganchos a orillas del mar.

Jose dos Santos. BRASIL (huido): Colgado, descuartizado y su cabeza expuesta en un gancho a orillas del mar.

Nicolás Fernández. VIVEIRO, 20 años; Antonio de Laida. VIZCAYA, 23 años;Nuño Pereira. PORTUGAL, 25 años; Victor Saint Cyr de Barbazán. FRANCIA, 21 años; Maríe Guillermo Teto. FRANCIA, 22 años: Federico Lerendu. FRANCIA, 23 años: Ahorcados, descuartizados, y sus cabezas expuestas a orillas del mar.

Francisco Goubín. FRANCIA, 32 años; Pedro Antonio. MENORCA (¿OPORTO?), 26 años; Domingo Antonio PORTUGAL, 22 años; Joaquín Francisco. PORTUGAL, 32 años:Ahorcados.

Manuel Antonio Rodríguez, PORTUGAL:Diez años de prisión.

Cayetano Ferreira PORTUGAL; Ocho años de prisión

Manuel José de Freitas PORTUGAL; José Antonio Silva PORTUGAL; Antonio Joaquín PORTUGAL:Seis años de prisión

Joaquín Palabra, GUINEA, 15 años: Sin condena y devuelto a quien sea su propietario.

piratas españoles


piratas Españoles


Es una noticia extraña, yo apenas me acabo de enterar leyendo una revistas de historia, en la que mencionaba que también hubieron cientos de piratas españoles, la mayoría trabajo con patente de corso que significaba estaban autorizados por el rey. La práctica de los corsarios españoles se inicia en el reinado de Felipe III, rey que se había dado cuenta que la única manera de vencer a su gran enemigo Inglaterra era con sus mismas armas. Inmediatamente entran estos corsos españoles, Inglaterra pierde 400 barcos y el resto de Europa y África del norte también dedicada a estas actividades de rapiña también pierden cantidad similar en manos de estos marineros españoles, que tenían como orden asaltar todos los barcos piratas y destruirlos, con autorización del rey, lo capturado tenían que entregarlo en un porcentaje convenido a la autoridad correspondiente.



La información sobre los corsarios españoles es escasa, no se conoce demasiado porque apenas hace poco se empezaron a hacer las primeras investigaciones sobre el tema, pero revisando viejos archivos y comparándolos con otros archivos en Europa se concluye que sin la piratería española que tantas bajas provoco a los ingleses estos nunca hubiesen negociado la paz con España, al ver que el pirata español mostraba la misma bravura y ambición que el pirata ingles decidió mejor negociar la paz, curiosamente este argumento es nuevo, no se sabia a ciencia cierta porque Inglaterra había suprimido su principal negocio y había decidido hacer un negocio justo.



Entre los grandes piratas españoles esta benito soto en su burla negra hundió 10 embarcaciones y mato a 75 personas, hasta que fue muerto en Gibraltar, este pirata fue el ultimo gran pirata del atlántico en el siglo XIX, aunque si nos remontamos al siglo XVII encontramos un enorme cantidad de piratas españoles que poco a poco salen a la luz publica, no tienen la fama de los piratas ingleses, pues hay poca literatura aun, pero como se va investigando iremos conociendo mas el trabajo de estas personas.



Uno de los mayores problemas que encontró la piratería española fue las limitaciones que imponía FELIPE III a sus corsos, debido al excesivo catolicismo de los reyes españoles estos limitaban mucho el trabajo del pirata y los obligaban a seguir ciertas conductas morales y principios éticos cristianos que el pirata ingles no tenia ni mucho menos se le pedía, pues mientras que al británico se le daba total libertad de acción, al corsario español se le tenia muy maniatado dejándole poca capacidad de sadismo, muy necesaria en ese arte de rapiña. Esos pequeños detalles teológicos influyeron mucho en la historia, y permitieron que mas de 2000 navíos españoles fuesen hundidos solamente entre la costa de florida y Cuba, siendo uno de los mas famosos el Atocha que fue descubierto hace 20 años con un botín en oro de 400 millones de dólares. Aun hay cientos de galeones españoles en las aguas del caribe esperando ser rescatados por intrépidos y ambiciosos buceadores.

lunes, 14 de febrero de 2011

El besante fue una antigua moneda bizantina de oro o plata, que también tuvo curso entre los musulmanes y en parte de la Europa occidental. En un principio se llamó Sólido áureo, término que por deformación de la palabra "Bizance" (Bizancio), acabaría denominándose besante. La moneda hace referencia al "sólido de oro" del emperador Constantino quien pretendía mejorar la moneda romana. Su representación heráldica es el bezante. El empleo de esta voz en su sentido numismático se registra en textos castellanos desde el siglo XIII.

Su valor era el de diez millareses y un peso teórico de 13,6 gramos. El empleo del besante prosiguió durante 600 años y fue el auténtico dólar de la Edad Media.

Entre los siglos XIII y XIV, se usaban los besantes de Malta, los de Valencia y el besante de los cruzados de San Juan de Acre.
El dinar es la unidad monetaria de diversos estados del mundo, la mayoría de los cuales de lengua árabe o que antiguamente habían formado parte del Imperio otomano, ya que históricamente fue usado en tierras musulmanas. La palabra "dinar" (دينار en árabe y en persa) tiene el mismo origen que el vocablo dinero, ya que deriva del denario romano.

El dinar tiene su origen en la antigua moneda araboislámica de oro que se empezó a acuñar a finales del siglo VII y que tenía un peso que, según las épocas, oscilaba entre los los 3,85 g y 4,25 g. En sus inicios imitaba los modelos bizantinos, pero pronto adquirió carácter propio y definido, hasta el punto que fue imitado fuera de los territorios califales.

Etimología y descripción
La palabra ceca es una voz árabe (sikka), que significa troquel. Un troquel es un molde hecho de metal duro con la misma forma que la moneda pero en negativo; es en este caso, el molde que se emplea en la acuñación de la moneda. Acuñar significa batir, troquelar, imprimir por medio de cuño o troquel es decir, darle forma y relieve por medio de presión o de un golpe, al trozo de metal que se pone entre la sufridera y el troquel.
En la escuadra llamada "cuerno derecho" (o sea, ala derecha), irían 51 galeras:
GALERAS CAPITANES
1. Capitana de Juan Andrea Doria.......................el mismo.
2. Doncella de Juan Andrea Doria........................Nicolás Imperial
3. Monarca de Juan Andrea Doria........................Nicolo Garivaldi
4. Capitana de Negrón........................................Juan Ambrosio Negrón
5. Patrona de Negrón..........................................Luis Gamba
6. San Juan, del Papa..........................................Angelo Bifoli
7. Santa María, del Papa.....................................Pandolfo Stroci
8. Una torre con una Mujer, veneciana...............Ludovico da Porto
9. Un Águila Dorada y Negra, veneciana.............Gerónimo Brisante
10. Patrona de Nicolo Doria.................................Julio Centurión
11. La Sicilia, de Sicilia.........................................Don Frnacisco Somodei
12. Determinada, de Nápoles..............................Juan da Carasa
13. Guzmana, de Nápoles...................................Francisco de Ojeda
14. San Trifón, una ciudad, veneciana................Pedro Bua
15. San José con una ampolla, veneciana..........Nicolo Donato
16. El Rey Atila, veneciana..................................Pataro Buzacarino
17. La Esperanza con un breve, veneciana........Jerónimo Corniero
18. Una Rueda, veneciana..................................Francisco de Molin, Viejo
19. Un Cristo, veneciana.....................................Nicolás Antonio Sando
20. San Cristóbal, veneciana...............................Andrea Tron
21. Un Águila dorada, veneciana.........................Jerónimo Jorge
22. Un Fuego, veneciana.....................................Antonio Bono
23. Bastarda, de Negrón.....................................Lorenzo de la Torre
24. La Nuova, de Negrón....................................Nicolo da Costa
25. La Patrona de Lomelin..................................Jorge Griego
26. La Furia, de Lomelín......................................Jacobo Ciappe
27. La Esperanza, de Nápoles............................Pedro del Busto
28. La Fortuna, de Nápoles.................................Diego de Medrano
29. La Leona, de Nápoles...................................Juan Rubio
30. La Gitana, de Nápoles..................................Gabriel de Medina

31. Diana, de Génova......................Juan Jorge Lasana
32. Margarita, de Saboya.................Batallin
33. Patrona de Mari.........................Antonio Cornilla
34. Patrona de Grimaldo..................Lorenzo Trença
35. San Juan Victoriano, veneciana..............................Evangelista Zurla
36. Cristo Resucitado, veneciana..............................Francisco Cornieri
37. Nuestra Señora, veneciana........................Marco Foscarini
38. Una Nao por señal, veneciana............................Antonio Pascualigo
39. Una Mujer con unas serpientes, veneciana................Luis Ciprio
40. San Juan con la Cruz en la mano, veneciana................Juan de Dominis
41. Un Ángel con una espada................................Stelio Clazopolo
42. Una Palma con un breve, veneciana................Jacobo da Mezzo
43. Un Águila de oro con una Corona, veneciana........................Andrea Calergi
44. Cristo sobre el mundo, veneciana..........Benito Soranzo
45. La Magdalena, veneciana............................Marin Contarini
46. Un Niño en una cadena........................................Polo Polani
47. Una Reina, veneciana........................................Juan Barbarigo
48. Las Fuerzas de Hércules.....................................Renier Zen
49. Capitana de Nicolo Doria..................................... Pandolfo Polidoro
50. Piamontesa, de Saboya........................................Ottaviano Moretti
51. Un Hombre armado................................ Andrea Calergi (debe ser un error, pues es el mismo nombre del capitán de la 43).

Iba al mando de Juan Andrea Doria y sus galeras llevaban unos gallardetes de tafetán verde para ser reconocidos de las otras galeras.

El centro o "batalla" iba al mando de Don Juan de Austria, sobre la "Real":

A la derecha de la "Real":

1. Capitana de Su Santidad..............................Fr. Gaspar Bruni
2. Capitana de Saboya............................Mons. Leyni
3. Grifona, del Papa..........................Alessandro Negroni
4. San Teodoro, de Venecia.................................Teodoro Balbi
5. Patrona de Juan Andrea Doria.....................................omitido
6. Mendoza, de Nápoles..............................Martín de Chayde
7. Galera Veneciana con un Monte y el Sol................Alessandro de Guizamani
8. San Juan Bautista, veneciana............................Juan Mocenigo
9. Victoria, de Juan Andrea.............................Felipe Doria
10. Pisana, del Papa...........................Hérucles Lota
11. Higuera, de España..............................Diego López de Llanos
12. Galera Veneciana con un Cristo y una Cruz.......................Jorge Pisana
13. San Juan con una Cruz........................Daniel Moro
14. Florencia, del Papa.................................Tomás Médicis
15. San Jorge, de Nápoles................................Eugenio de Vargas
16. Patrona de Nápoles..................................Don Francisco de Benavides
17. Luna, de España..................................Manuel de Aguilar
18. Galera veneciana con un pájaro sobre un madero.....Luis Pascualigo
19. Galera veneciana, un León con una Cruz...............Pietro Pisano
20. San Juan con un Cristo en una cruz................Gaspar Maripiero
21. La Capitana de Jorge Grimaldo............el mismo
22. Patrona de David Imperial...........Nicolo de Juan
23. Galera Veneciana con un manojo....................Juan Tresoldo
24. San Cristóbal, veneciana........................Alessandro Contarini
25. Galera Veneciana, una mujer ppr insignia.......................Alarin Sucure
26. Galera Veneciana, una Cruz y una Rueda.................Pietro Gradenigo
27. La de Oria, de Juan Andrea...............Valerio Valeroso
28. San Pedro, de la Religión de Malta..............Jacobo de Castil
29. San Juan, de la Religión................Alonso de Tejada
30. Capitana de la Religión.............El Prior de Mesina
31. Galera Veneciana con un Amorino (sic) por insignia......Sancto Victo

A la izquierda de la Real:

32. Capitana de Venecia................El General de Venecia (Sebastiano Veniero)
33. Capitana de Génova...............Héctor Spínola
34. Granada, de España..................Polo Batín
35. Capitana de Gil de Andrada...................... Don Bernardo Zanoguera
36. Galera veneciana sin insignia.....................Jerónimo Veniero
37. Galera veneciana con una Aguja por insignia........Francisco Bon (Sforzato)
38. Galera veneciana con una serpiente y una rueda.....Gabriel Canal
39. Perla, de Juan Andrea....................Juan Bautista Spínola
40. La Paz, del Papa.......................Jacobo Antonio Perpiniano
41. San Francisco, de España.................Cristóbal Vázquez
42. Galera veneciana sin insignia....................Jerónimo Contarini
43. Galera veneciana sin insignia....................Marco Antonio (S. Uliana)
44. La Victoria, del Papa............................Boza (Baccio) de Pisa
45. Rocafulla, de España...........................Rocafull
46. Ventura, de Nápoles........................................Vicenzo Passacolo
47. Templanza, de Juan Andrea.......................Ciprián de Marín
48. Galera veneciana por insignia una Doncella.......Francisco Dandolo
49. Galera veneciana Amongibel por insignia................Bidirey Contarini
50. Galera veneciana un pedazo de árbol por insignia...... Gerónimo Cantal
51. Capitana de Mari (Fanal)....................Gregorio de Aste
52. Vigilancia, de Sicilia..........................omitido
53. San Alejandro por insignia, veneciana.................... Juan Antonio Colón
54. San Juan con una cruz....................................Pietro Badoer
55. San Jerónimo por insignia....................Juan Balzo
56. Nuestra Señora con un Crucifijio..................Juan Ciri
57. Un hombre y medio pescado por insignia, veneciana....Jacomo Dresino
58. Toscana, del Papa.................caballero Metelo Carazolo
59. Patrona de Génova......................Peleran
60. Capitana de Bedinele Sauli.......................... el mismo
61. Capitana de Lomelin.......................... Pietro Bautista Lomelin

Total de la "batalla" 61 galeras: más la Real. Las galeras del centro llevaban un gallardete de tafetán azul, para ser distinguidas de las otras.
La tercera escuadra, al mando de Agustín Barbarigo, proveedor general de la República Serenísima:

1. Capitana de Barbarigo, veneciana.....Agustín Barbarigo (Fanal)
2. Capitana de Canale, veneciana...........Antonio Canale (Fanal)
3. La Fortuna, veneciana..........................Andrea Barbarigo
4. Sagitaria, de Nápoles.......................Martín Pírola
5. Victoria, de Nápoles.......................Ochoa de Recalde
6. Tres manos con una espada, veneciana.........Giorgio Babarigo
7. Dos delfines, veneciana.........................Francesco Censorino
8. Un León con un Fénix, veneciana.............Francesco Mengano
9. San Nicolás con una corona en la mano, ven...........Colonna Drazzo
10. La Lomelina................Agustín Caneval
11. La Elbigina, del Papa........................Fabio Galerati
12. Nuestra Señora, ven..........................Filipo Polani
13. Un Caballo Marino, ven...........Juan Antonio de Cavalli
14. Dos Leones, veneciana............................Nicolo Fradelo
15. Un León con una maza, veneciana.............Domingo de Çaço
16. Una Cruz colorada con dos árboles, veneciana...Marco Cinera
17. Santa Virginia, veneciana.............................Cristóbal de Chiasa
18. Un león con una espada en la mano, veneciana..................Francesco Bonviejo
19. Un Cristo, veneciana.....................Andrea Cornieri
20. Juan Ángelo, veneciana...........Juan Ángelo
21. Una aguja por insignia, veneciana........Francisco Bon
22. Una Mujer y un Caballo, veneciana.........Antonio Monogiani
23. Un Cristo con un Mundo, ven.........Simón Gozo
24. Un Cristo resucitado, ven......................Federico Godier
25. Un Cristo por insignia, ven........Cristóforo Conducali
26. Un Cristo con una bandera, ven................Bartolomé Donato
27. Vicencio Quirín, veneciana, el Sol con una Cruz, ven.....Zorzi Calergi
28. La Magdalena con una palma en la mano, ven....Ludovico Civita
29. Galera veneciana sin insignia, ven....Vicenzo Querín
30. Un Cristo por insignia, ven.......................Marín Contarini
31. Un Cristo resucitado por insignia, ven................Nicolo Abonal
32. Una Rueda, ven.................Juan Corniel
33. Santa Eufemia, veneciana..............Francisco Zancariol
34. Marquesa, de Juan Andrea.......................Framcisco Molín
35. Fortuna, del mismo....................Juan Luis de Belvís
36. Dos Brazos, ven........................Juan Miguel Pizamano
37. Un Cristo resucitado con el mundo debajo, ven...........Horatio Fisolo
38. Un caballo marino, ven................Antonio di Canale
39. Un León y un Cristo, ven......Daniel Calacasi
40. Un Brazo con un León, ven.................Nicolao Lipoman
41. Nuestra Señora, ven.................Nicolao Bonelini
42. Galera de Juan Cárbol........el mismo
43. Nª Sª con la Palma, ven..................Marco Antonio Pisani
44. Dios Padre, veneciana...............Juan Contarini
45. La Fama, de Nápoles................. Juan de las Cuevas
46. San Juan, de Nápoles.................García de Vergara
47. La Envidia, de Nápoles.................Toribio de Acevedo
48. La Brava, de Nápoles...................Miguel de Quijada
49. Santiago, de Nápoles...............Monserrat de Guardiola
50. San Nicolás, de Nápoles...............Cristóbal de Mungía o Mugía
51. Un Cristo resucitado, por insignia, veneciana.............Juan Bautista Quirini
52. Un ángel con unos lirios, ven.........................Onofre Justiniani
53. Santa Dorotea, ven........................Polo Nani
54. La Capitana de Quirini......................Marcos Quirini

Llevaban unos gallardetes pequeños de tafetán amarillo.

Y la última, la bendita escuadra de socorro, al frente del Marqués de Santa Cruz:
De Nápoles:
1. Capitana de Nápoles..................Álvaro de Bazán
2. San Jorge.......................Juan de Vergara
3. Bazana.....................Pedro de Murillo
4. Leona.......................................Rodrigo de Zugasti
5. Costanza...................................Juan Pérez de Loaysa
6. Marquesa.................................Juan de Maqueda
7. Santa Bárbara...........................Martçin de Padilla
8. San Andrés...........................Don Bernandino de Velasco
9. Santa Catalina......................Juan Ruiz de Velasco
10. San Bartolomé..........................Jaun de Alzate
11. Santo Ángel............................Don Alonso de Bazán
12. Tirana..........................................Juan de Rivadeneira
De Venecia:
13. Un Cristo por insignia.....................Marcos di Molin
14. Dos manos que rompen una espada................Juan Loredan
15.Una Fe con un niño debajo................Juan Bautista COntarini
16. Una Columna con un breve alrededor......................Catarin Maripiero
17. La Magdalena con un Crucifijio..................Luis Balbi
18. Una Mujer desnuda que significa la Verdad.................Juan Bembo
19. El Mundo con el fuego encima...........................Felipe León
20. La Esperanza simple....................Juan Bautista Benedetto
21. San Pietro..................................Pietro Badoer
22. San Jorge a caballo.......................Cristobal Lucich
23. San Miguel con un león con una espada..............Giorgio Luquino
24. Una Sibila con una joya en la mano.....................Daniel Trono
De España:
25. La Griega....................................Don Luis de Heredia
26. Capitana de Juan Vázquez......................Antonio Vázquez
27. La Soberana.............Don Antonio de Alzate
28. La Ocasión..........................Pedro de los Ríos
Del Papa:
29. Patrona..............Afonzo D´Appiano
30. Serena............................Ettore Carafa

Todas estas llevaban gallardetes de tafetán blanco.
Iban además, seis galeazas:
La de Ambrosio Bragadino y la de su hermano Antonio Bragadino, con la de Barbarigo.
La de Duodo y la de Garo, en el centro con Don Juan de Austria.
La de Cesaro y la de Pisani, con la de Juan Andrea Doria.
Debían ir, protegiendo el flanco de Juan Andrea Doria, veinte naves de servicio al mando de Don César de Ávalos. Por falta de viento no pudieron llegar. Su capacidad de fuego (30 cañones cada una) y la infantería que llevaban embarcada habrían sido de gran utilidad en la batalla de Lepanto.

sebastiano venier

Sebastiano Venier (1486-1578):
Almirante y dogo veneciano. En la flota de la Santa Liga mandaba la escuadra de Venecia (1571) en sustitución del general Gierolamo Zeno, que fue llamado rápidamente a la capital y sometido a proceso. Venier mandó, pues, las fuerzas de la república del Adriático antes de la batalla de Lepanto, pero surgido un incidente con la tropa española que guarnecía uno de sus barcos y tomando la justicia por su mano ahorcando a un capitán español ante el generalísimo don Juan, éste le excluyó del consejo de guerra, ocupando su puesto el proveedor Agostino Barbarigo. Este grave incidente, debido al genio vivo de Venier, estuvo a punto de costra un choque entre españoles y venecianos, con la disolución de la liga. No obstante, Venier siguió con el mando pero en el combate su actuación fue en el centro con el generalísimo, y en cambio barbarigo mandó el ala o cuerpo izquierdo de la formación cristiana. En 1577 fue elegido dux en sucesión de Mocenigo. Murió al año siguiente, según dicen que por el disgusto que sufrió, ya anciano, ante la destrucción del palacio de los dux por un incendio. La familia Venier dio a la República muchos de sus primeros magistrados.

lepanto



La batalla de Lepanto (1571):
La armada aliada estaba formada por 70 galeras españolas (sumadas las propiamente hispanas con las de Nápoles, Sicilia, y Génova), 9 de Malta, 12 del Papado y 140 venecianas. Los combatientes españoles sumaban 20.000, los del Papa 2.000 y los venecianos 8.000. La flota estaba confiada teóricamente a Juan de Austria y dirigida efectivamente por jefes experimentados como Gian Andrea Doria y los catalanes Juan de Cardona y Luis de Requesens. Marco Antonio Colonna, condestable de Nápoles y vasallo de España, era el almirante del papa. Las naves venecianas estaban al mando de Sebastián Veniero.

Preparativos:
La preparación de la cristiandad para enfrentarse de una forma decidida con el peligro turco fue muy laboriosa. El único hombre que vio clara la situación desde el primer momento fue el papa Pío V. Incluso Felipe II, que tan amenazadas veía sus posesiones peninsulares por el enemigo, tardó mucho en convencerse de la necesidad de afrontar el peligro de frente y de asestar un golpe definitivo a los turcos. Las capitulaciones para constituir la Liga Santa se demorarían hasta el 25 de mayo de 1571 debido a la disparidad de intereses y proyectos. La unión de escuadras cristianas que el Papa había convocado en respuesta a la toma de Chipre (1570) había resultado un fracaso del que los jefes se culpaban mutuamente. La Sublime Puerta lanzó un ataque a fondo contra Famagusta, último reducto de los venecianos en Chipre. Fuerzas turcas se apoderaron de Dulcino, Budua y Antivari, e incluso llegaron a amenazar la plaza de Zara. La escuadra española estuvo ya preparada el 5 de septiembre con la llegada de Andrea Doria, Don Alvaro de Bazán y Juan de Cardona. El 29 de agosto, el obispo Odescalco llegó a Mesina, dio la bendición apostólica en nombre del Papa y concedió indulgencias de cruzada y jubileo extraordinario a toda la armada. El 15 de septiembre, Don Juan ordenó la salida de la flota y el 26 fondeó en Corfú, mientras una flotilla dirigida por Gil de Andrade exploraba la zona.

Las armadas se encuentran en el golfo de Lepanto:
Don Juan de Austria constituyó una batalla central de 60 galeras en las que iban Colonna y Veniero con sus naves capitanas, flanqueada por otras batallas menores al mando de Andrea Doria, Alvaro Bazán y el veneciano Agustín Barbarigo. A Cardona se le dio una flotilla exploradora en vanguardia. A bordo iban cuatro tercios españoles de Lope de Figueroa, Pedro de Padilla, Diego Enríquez y Miguel Moncada. La infantería italiana era también de gran calidad. La desconfianza hacia los venecianos era tal que don Juan repartió 4.000 de los mejores soldados españoles en las galeras de la Señoría e hizo que éstas navegasen entreveradas con las de España. El 29 de septiembre abordó a la capitana de don Juan una fragata de Andrade con el anuncio de que los turcos esperaban en el golfo de Lepanto. La flota de la Liga salió el 3 de octubre del puerto de Guamenizas en dirección a Cefalonia, y el sábado 6, a la caída de la tarde, llegaba al puerto de Petela. Bazán aconsejaba entrar en el golfo y Andrea Doria temía aventurarlo todo en una jornada. En el Consejo se aprobó el plan de Bazán de presentar combate en la madrugada del día siguiente, frente al golfo de Lepanto. La maniobra ordenada permitió cerrar el golfo y dio tiempo a una perfecta colocación de la armada.

El combate (7 de octubre de 1571):
Al alba del día 7 la flota cristiana estaba situada en las islas Equínadas. Poco después avistaron a la turca adelantándose hacia la boca del golfo de Lepanto. Alí estaba al mando de 260 galeras y contaba con las naves del corsario argelino Luchalí. A las diez de la mañana las escuadras se hallaron frente a frente. Cerca del mediodía la galera del Amirante Alí Bajá disparó el primer cañonazo. Alí concentró el esfuerzo sobre las galeras venecianas, que suponía menos aguerridas. El primer ataque turco fue neutralizado por Barbarigo, que fue herido de muerte.

Durante dos horas se peleó con ardor por ambas partes, y por dos veces fueron rechazados los españoles del puente de la galera real turca; pero en un tercera embestida aniquilaron a los jenízaros que la defendían y, herido el almirante de un arcabuzazo, un remero cristiano le cortó la cabeza. Al izarse un pabellón cristiano en la galera turca arreciaron el ataque las naves cristianas contra las capitanas turcas que no se rendían; pero al fin la flota central turca fue aniquilada. (Marqués de Lozoya)

En la galera Marquesa combatió Miguel de Cervantes con gran valor. Tenía entonces veinticuatro años y continuó combatiendo después de ser herido en el pecho y en el brazo izquierdo, que le quedaría inútil. El consejo de don García de Toledo de recortar los espolones hizo más eficaz el empleo de la artillería. La arcabucería española resultó decisiva en el combate cuerpo a cuerpo causando gran número de bajas. En muchas de las galeras turcas los cautivos cristianos se rebelaron en lo más recio del combate. Fue un galeote cristiano quien cortó la cabeza del almirante Alí con su hacha de abordaje. Sólo 50 de las 300 naves turcas pudieron escapar. El argelino Luchalí combatió con fortuna en el ala derecha y logró escapar hacia la costa de Morea. La persecución que llevó a cabo Bazán cesó al caer la tarde sin conseguir darle alcance.

Carácter decisivo de la victoria y consecuencias:
Se celebró un Consejo después de que la flota se retirarse a Petela y prevaleció el parecer de dar por terminada la campaña de aquel año. Pío V y el Dux de Venecia reconocieron que la victoria se debió principalmente a España y a Don Juan de Austria. Aunque Lepanto aparentemente fue una victoria total para los miembros de la Liga Santa, el carácter definitivo de la victoria cristiana ha sido discutido por muchos historiadores.

Pocas veces, si alguna, en la historia de los tiempos modernos, los frutos de una bella victoria han sido más vergonzosamente desperdiciados.(Merriman)

Aplazamientos, desconfianzas entre los aliados y la muerte del papa San Pío V provocaron la malversación del triunfo de Lepanto. Felipe II se sentía temeroso de un nuevo afianzamiento de la alianza francoturca; los venecianos se hallaban dispuestos, al cabo de cierto tiempo, a hacer una paz separada: si no hubiese sido por el entusiasmo de Don Juan de Austria, la Liga se habría deshecho... Pero las desconfianzas de Felipe -sus celos- hacia Don Juan de Austria, sus lentitudes características, dieron por resultado, al cabo de pocos meses, la caída de Túnez y la Goleta en poder de los turcos (1574). Así quedaba desvanecida la gloria de Lepanto. (Soldevila)

La victoria de Lepanto abría la puerta a las mayores esperanzas. Sin embargo, de momento, no trajo consigo ninguna clase de consecuencias. La flota aliada no persiguió al enemigo en derrota, por diversas razones: sus propias pérdidas y el mal tiempo, a quien el imperio turco, desconcertado, debió tal vez su salvación. En este sentido, fue fatal la larga demora española del verano de 1571, pues, al colocar a los aliados victoriosos en los umbrales de la estación del mal tiempo, vinieron a interponerse ante la victoria, como treguas obligatorias, el otoño, el invierno y la primavera... Pero si, en vez de fijarnos exclusivamente en lo que viene después de Lepanto, paramos la atención en lo que precede a esta victoria, nos daremos cuenta de que viene a poner fin a un estado de cosas lamentable, a un verdadero complejo de inferioridad por parte de la Cristiandad y una primacía no menos verdadera por parte de los turcos. La victoria cristiana cerró el paso a un porvenir que se anunciaba muy próximo y muy sombrío. (Braudel)

venecia la republica






La República de Venecia:
Los orígenes de la ciudad sobre 117 islas e islotes en el Lido, laguna protegida por un banco de arena, se remontan al siglo V. En aquel entonces, algunos de los habitantes de las zonas del Véneto y de Aquileya, acosados por los hunos (476) y por los lombardos (568), se refugiaron en las tierras pantanosas. En la laguna los habitantes subsistieron dedicados a la pesca y a la extracción de sal. Debían obediencia al exarca de Rávena y estaban bajo la dependencia del imperio de Bizancio. En 697 aprovechan la debilidad del exarca y eligen como Dux vitalicio a Anafesto. Comienzan sus actividades comerciales en las que se incluía el tráfico de esclavos, prohibido por el Papado pero tolerado por sus grandes beneficios. En 810 Carlomagno envía a su hijo para apoderarse de Venecia pero sus naves se retiran después de tropezar con los obstáculos a la navegación de la zona. Compartía con Bizancio el deseo de un mar Adriático pacificado y sin piratas. Juntos emprendieron la campaña para expulsar a los sarracenos de Sicilia el año 829. Bizancio acababa de perder Creta (826) ante una ocupación musulmana y no dejaba de ver reducido su dominio mediterráneo. En 1081 su ya importante flota es requerida por Bizancio para frenar el ataque de los normandos de Roberto Guiscard sobre sus territorios. A cambio de su ayuda recibió importantes privilegios comerciales.

El espíritu comercial:
Fue el elemento esencial en Venecia y los mercaderes fueron la fuerza dirigente del estado. De este modo fueron las ricas familias patricias quienes introdujeron una forma republicana de gobierno, que no existía en ninguna otra ciudad-estado italiana en la Edad Media. Estaban decididos a no ser mandados por cualquiera, especialmente cuando no servía a sus intereses financieros, y continuamente se alzaban en sangrientas rebeliones. Durante una insurrección contra el dogo Pietro Candiano IV, en el año 976, un incendio destruyó el centro de la ciudad, incluido el palacio del dogo, con los archivos de la ciudad y la primera iglesia de San Marcos. El mandato hereditario de los dogos, como se practicaba en los primeros siglos, tuvo que debilitarse gradualmente para preservar la paz interior. El poder del dogo fue deliberadamente limitado y, a su lado, creció un aparato estatal de control, cuyos miembros eran reclutados entre las grandes familias y miraban por sus propios intereses. Desde 1172 su órgano más importante fue el Gran Consejo, el Maggior Consiglio, que además elegía al dogo. Este consejo amplió el número de sus integrantes, pasando de 35 a casi 2.000. Con la Clausura del Gran Consejo (1297), los puestos del Consejo se convirtieron en hereditarios. Los nombres de las familias nobles con derecho a plaza fueron inscritos en el Libro Dorado. La Signoria, los cabezas del gobierno, eran el dogo, sus seis consejeros, los Consiglieri, y tres oradores de los Quaranta, los 40 miembros de la corte suprema. El principio básico de esta oligarquía patricia, la República veneciana, era reducir el número de puestos de gobierno de forma que fuera posible un control completo. El notable Consejo de los Diez, organización similar a una policía secreta de estado, fue introducido por primera vez en 1310 como reacción a la insurrección de Bajamonte Tiepolo contra la Clausura del Gran Consejo. Otro intento de golpe de estado, dirigido por el propio dogo, fue descubierto por los Diecia (1355). Marin Faliero había intentado también arrebatar el poder a las privilegiadas familias patricias del Gran Consejo.

El comercio de especias:
Los venecianos carecían de tierra suficiente para cultivar intensivamente El uso de especias que soldados y peregrinos habían aprendido en Oriente pasó más tarde a las cocinas de la gente corriente. Los venecianos controlaron este comercio hasta el siglo XVI. A principios del siglo XV el comercio de especias movía anualmente 540.000 ducados. En un principio las mercancías de Oriente llegaban a Venecia en barcos bizantinos, pero pronto los venecianos armaron buques propios. A principios del siglo XV 3.000 buques mercantes navegaban bajo bandera veneciana, en su mayoría dedicados al comercio costero y la pesca. El comercio de ultramar estaba cubierto por cerca de 300 barcos que viajaban por su cuenta o en convoyes fuertemente armados que organizaba el estado, la mude. Las aventuras comerciales municipales eran más seguras y la Serenísima cobraba altos precios por la carga en las galeras y por la protección de los convoyes. Los propietarios privados que viajaban sin protección obtenían grandes beneficios por enfrentarse al riesgo. El riesgo personal en los negocios era menor formando una compañía , la colleganza. Por regla general esto se hacía entre dos mercaderes; uno permanecía en Venecia y ponía tres cuartas partes del capital y el cuarto restante era aportado por el que viajaba. La ruta más corriente que hacían las mude o convoyes iba de Inglaterra a Tana y Trebisonda, en el mar Negro. El principal país con el que comerciaba Venecia era Egipto. Otros puertos importantes eran Beirut y Bizancio. En todas las grandes ciudades los venecianos tenían establecimientos comerciales donde establecían sus negocios y ejercían una considerable influencia política en muchos países. Aunque el comercio de esclavos había sido prohibido oficialmente desde el siglo IX, era una buena fuente de ingresos. Los esclavos se obtenían principalmente en Tana. La trata de circasianos y georgianos, de fe greco-ortodoxa, que eran revendidos en Egipto y el norte de Africa, no repugnaba a la conciencia por no pertenecer a la Iglesia Católica. El comercio de esclavos paganos no estaba prohibido. A mediados del s.XV Venecia preparaba cuatro grandes flotas anualmente escoltadas por galeras armadas.


La ruta del mar Negro que, después de llegar a Constantinopla, se dividía en dos: una se dirigía hacia Crimea, mar de Azov, y remontaba el Don hasta Tara, lugar de llegada de las caravanas mongolas y rusas. La segunda se dirigía a Sinope y Trebisonda.
La ruta de Palestina y Siria por Morea, Creta y Chipre.
La de Egipto adonde llegaban las especias por el mar Rojo.
La más larga del Norte de Europa, con escalas en Sicilia, Malta, Trípoli, Túnez, Argel, Orán, Tánger, Lisboa, Burdeos, La Rochelle, Bourgneuf, Brujas, Amberes, Londres y, al regreso, escalas en puertos españoles, provenzales e italianos.
El Gaguiana, un barco naufragado encontrado en la costa de Yugoslavia en 1967, según los registros de seguros se dirigía a Oriente en 1583, contenía 2.000 objetos de cristal de Murano, adornos de cobre, damascos, tejidos de lana inglesa, piezas de cerámica artística, oro, plata y piedras preciosas. La toma de Bizancio por los turcos, las rutas que Portugal descubrió por el impulso de Enrique el Navegante (1415-1461) y el descubrimiento de Colón supusieron grandes reveses para el comercio veneciano.

Relaciones con los turcos:
Los otomanos fueron recuperando su fuerza en 1400, tras el golpe recibido del anciano conquistador mongol Tamerlán. Una compleja relación llena de intereses enfrentados tiene lugar ya que los turcos dependen de Venecia como único acceso a los mercados europeos. Para garantizar el tráfico marítimo y el comercio Venecia inició una política de apaciguamiento con Estambul. El embajador veneciano ante la Sublime Puerta gozaba de privilegios exclusivos. El edificio de la Fondachi dei Turchi todavía puede verse. Sus diplomáticos dieron muestras de sagacidad, flexibilidad y oportunismo. Seguían comerciando con musulmanes después de la prohibición papal decretada en el Concilio de Letrán (1261) porque seguían consiguiendo permisos temporales. Uno de sus productivos negocios era la compra de esclavos del sur de Rusia para venderlos en el norte de Africa. También vendía en Europa los que compraba en Alejandría y Turquía. Anualmente ganaba unos 500.000 ducados con este tráfico. Venecia erigió macizas fortalezas en Corfú, Candía (Creta), Chipre, Grecia continental y Dalmacia.

Tras la repentina muerte de Pio III mientras preparaba una guerra santa Venecia se enfrenta en desigual encuentro ante los turcos. En 1470 la flota de 72 galeras del heroico Paul Erizzo fue atacada en Negroponto por 120.000 turcos y 300 navíos. En 1473 el arsenal de Gallipoli es destruido por el fuego. El aliado Sha de Persia es derrotado por los turcos a pesar de la asistencia de artilleros y fundidores venecianos. Con la paz de 1479, Venecia cedía una parte de la Morea, la importante isla de Eubea y la región de Scutari. Al conservar Albania del Norte, los turcos tenían entrada libre en el Adriático. Venecia pudo conservar algunas posesiones en la costa albanesa y los puertos de Coron y Mondon-Lepanto en el Peloponeso. Reservó sus privilegios comerciales pagando tributo. Las fuerzas turcas terrestres y marítimas son tan superiores que cuando en 1480 desembarcan 16.000 turcos en las costas de Pouille, Otranto, Brindisi y Tarento, capitaneados por el renegado Giacometto, Venecia no interviene por el riesgo de acabar enfrentándose en solitario a Mohamed II. Cuidando sus privilegios comerciales en Levante y con la incorporación de Chipre por legado de Catherine Cornaro, intensifica su intervención terrestre en Italia. Pretende repartirse el ducado de Milán con Luis XII (1499). El grito expansionista de Italia e San Marco es visto con enorme recelo por los estados italianos. El viaje de Vasco da Gama a la India por el cabo de Buena Esperanza tiene un efecto inmediato y radical sobre el comercio de especias. Los depósitos de Alejandría estaban vacíos en 1504 y las galeras volvían vacías a Venecia, ahora sustituida por Lisboa como centro del tráfico de especias.

Desde 1545 las galeras venecianas fueron reforzadas con una tripulación de galeotes armados. Los buques armados más poderosos, las galeasse o galeras grandes, estaban equipadas en ambas bandas, por encima de las hileras de remos, por filas de cañones. La peste de 1630 acabó con un tercio de la población y los Habsburgo potenciaban el puerto de Trieste contra los intereses venecianos. A mediados de 1645 la flota turca desembarca en Creta, que fue perdida definitivamente en 1669. En la paz de Passowitz (1718) Venecia fue obligada a abandonar Morea (Peloponeso) y sus últimas posesiones en el Egeo.


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Años de esplendor y dominio:
[Se convirtió] finalmente en una metrópoli comercial con dominio marítimo, consagrada a San Marcos, desde que en 827 fueron transportados a Venecia, desde Alejandría, los restos del apóstol. El dux Enrico Dandolo tomó Constantinopla en 1204. En el siglo XV, Venecia era el centro del comercio mundial y la mayor ciudad portuaria del mundo, con más de 200.000 habitantes. Los palacios, construidos tomando modelo de los orientales, se hicieron cada vez más lujosos. Se levantaban nuevos palacios, decorados por artistas como Tintoretto, Veronese, Tiziano y Giorgione. La ciudad de los 150 canales y 400 puentes había alcanzado su punto culminante. Comenzó la decadencia cuando los turcos les quitaron Constantinopla. (Roland Gööck)

[...] Supe que aquella no era tan sólo la ciudad más hermosa que había visto en mi vida, sino que había sido asimismo república independiente durante más de un milenio -más tiempo del que nos separa de las invasiones normandas-, y que durante gran parte de ese período había sido reina del Mediterráneo, encrucijada principal entre Oriente y Occidente y el centro comercial más rico y próspero de nuestro mundo civilizado. Me contó que el mar la había protegido, no sólo en sus tempestuosos comienzos, sino también a lo largo de toda su historia, haciendo de ella la única ciudad de Italia que nunca se había visto invadida, asolada o destruida hasta que Napoleón, quién se denominó a sí mismo como el Atila del Estado Veneciano, terminó para siempre con la Serenísima República (John Julius Norwich, autor de Historia de Venecia)

Elección y control de los dogos:
El título doge es la versión dialectal veneciana de duce, derivada del latín dux, dirigente o duque. En el s.XVII sus privilegios estaban muy limitados. Junto con los miembros de su familia quedaban excluídos de participar en cualquier negocio mercantil y no podían abandonar la ciudad sin autorización del Gran Consejo. Sus hijos tenían prohibido el acceso a cargos. Estaban sujetos a estrecha vigilancia: sus cartas eran censuradas y no podían tener contactos privados con embajadores extranjeros. La desconfianza que se sentía ante las ambiciones individuales de poder era tan grande que sus ingresos estaban estrictamente controlados por el Gran Consejo y no se les permitía aceptar ningún regalo, excepto flores y hierbas olorosas. Las malas experiencias con dogos ansiosos de poder hacían aumentar la rigidez de las normas. Desde finales del s.XII eran elegidos por el Gran Consejo en una complicada votación ideada para evitar el ascenso de familias concretas. De treinta bolas de oro, un niño elegía nueve que daba en mano a nueve miembros del Consejo, cuyas caras no podía ver. Estos nueve elegían a cuarenta electores del Consejo y en sucesivas reducciones y elecciones ganaba el candidato que alcanzara veinticinco votos. El sistema permitió que las familias Mocenigo y Partecipazio consiguieron 7 dogos y la de los Contarini 8.

venecia-la extincion de la republica


Extinción de la República
En marzo de 1797, el territorio de Venecia fue invadido por las tropas del General Napoleon Bonaparte, tanto por tierra como por mar, las ciudades del Stato di Terraferma se rindieron rápidamente ante la superioridad numérica francesa, mientras que la propia flota de guerra veneciana estaba formada por sólo 11 barcos útiles, pero incapaces de resistir. El gobierno afrontó en abril un ultimátum de Napoleón Bonaparte mientras a inicios de mayo las tropas francesas terminaban de ocupar el Stato di Terraferma casi sin lucha, faltando tan sólo ocupar la capital misma. El Gran Consejo se reunió finalmente el 12 de mayo para disolverse e instaurar un "gobierno representativo" siguiendo el modelo francés pero cuatro días después tropas francesas tomaron la urbe sin que las tropas venecianas opusieran la menor resistencia, extinguiendo definitivamente la República. Tras la firma del Tratado de Campoformio en octubre del mismo año, se repartió el territorio de Venecia entre Francia y Austria.

En 1866 el Véneto y Venecia se incorporaron al Reino de Italia.

jueves, 10 de febrero de 2011

los imperiales





romance de abenamar

¡Abenámar, Abenámar,
moro de la morería,
el día que tú naciste
grandes señales había!
Estaba la mar en calma,
la luna estaba crecida:
moro que en tal signo nace
no debe decir mentira.

Allí respondiera el moro,
bien oiréis lo que decía:
– No te la diré, señor,
aunque me cueste la vida,
porque soy hijo de un moro
y una cristiana cautiva;
siendo yo niño y muchacho
mi madre me lo decía:
que mentira no dijese,
que era grande villanía;
por tanto, pregunta, rey,
que la verdad te diría.

–Yo te agradezco, Abenámar,
aquesa tu cortesía.
¿Qué castillos son aquéllos?
¡Altos son y relucían!

– El Alhambra era señor,
y la otra la Mezquita;
los otros los Alixares,
labrados a maravilla.
El moro que los labraba
cien doblas ganaba al día,
y el día que no los labra
otras tantas se perdía.

El otro es Generalife,
huerta que par no tenía;
el otro Torres Bermejas,
castillo de gran valía.

Allí habló el rey Don Juan,
bien oiréis lo que decía
– Si tú quisieses, Granada,
contigo me casaría;
darete en arras y dote
a Córdoba y a Sevilla.

– Casada soy, rey Don Juan;
casada soy, que no viuda;
el moro que a mí me tiene
muy grande bien me quería.

miércoles, 9 de febrero de 2011






Según el historiador griego Duris de Samos, Lamia era una reina de Libia a la que Zeus amó, hija de Poseidón o Belo y Libia (escolio a las Avispas de Aristófanes, verso 1035 y escolio a la Paz del mismo autor, v. 758). Hera, celosa, la transformó en un monstruo y mató a sus hijos (o, en otras versiones, mató a sus hijos y fue la pena lo que la transformó en monstruo). Lamia fue condenada a no poder cerrar sus ojos, de modo que estuviera siempre obsesionada con la imagen de sus hijos muertos. Zeus le otorgó el don de poder extraerse los ojos para así descansar, y volver a ponérselos luego. Lamia sentía envidia de las otras madres y devoraba a sus hijos. Tenía el cuerpo de una serpiente y los pechos y la cabeza de una mujer. Aunque era femenina, el comediógrafo Aristófanes asegura que el demagogo Cleón tenía "los testículos de una lamia" (Avispas v. 1035, Paz v. 758), queriendo decir, probablemente, que no los tenía en absoluto (y que, en caso de tenerlos, estarían tan sucios como los de una lamia, siendo el monstruo famoso por el hedor que desprendía).

A pesar de la venganza de Hera, hay algunas tradiciones que sostienen que la primera sibila era hija de Zeus y Lamia.

La etimología del nombre no se ha establecido con certeza. Probablemente se relaciona con el adjetivo lamyrós, "glotón", y el sustantivo laimós, "gaznate, gañote". Algunos creen que pertenece a la misma familia el latín lemur, que designa a unos espectros (los lémures) tipológicamente similares a las lamias.

En la Antigüedad, las madres griegas y romanas solían amenazar a sus hijos traviesos con este personaje. El poeta romántico inglés John Keats dedicó al personaje un poema narrativo largo, que da nombre al libro Lamia y otros poemas. Se inspiró en La novia de Corinto, una historia que aparece en la Anatomía de la melancolía de Robert Burton, quien a su vez la tomó de la Vida de Apolonio de Tiana de Filóstrato (4. 25). Según cuenta Filóstrato, Menipo, un joven aprendiz de filósofo, se dejó seducir por una misteriosa mujer extranjera que lo abordó cuando caminaba por las afueras de Corinto. La mujer insistió en que se casaran, y a la boda acudió el sabio Apolonio, quien tras observar detenidamente a Menipo declaró "tú, al que las mujeres persiguen, abrazas a una serpiente, y ella a ti". La novia, en efecto, era una lamia o Empusa, y aunque al principio negaba su condición, acabó confesando que había seducido a Menipo para devorarle y beber su sangre, pues la de los mozos como él es pura y rebosa vigor.

Según opinión bastante extendida, la Lamia mitológica sirvió de modelo para las lamias (lamiae en latín), pequeños monstruos africanos, humanos de la cintura para arriba, que atraían a los viajeros con su agradable siseo y enseñando sus senos, para después matarlos y devorar sus cuerpos. La noticia más antigua de estos seres se encuentra en el discurso quinto del orador Dión Crisóstomo, quien se refiere a ellos como "fieras líbicas", no lamias. Posteriormente, las lamias aparecen a menudo en los bestiarios como ejemplo de monstruo despiadado y salvaje. En la catedral de Pésaro (Italia) se conserva un mosaico del siglo VI en el que dos lamias aparecen representadas como pájaros con cabeza humana .

En la mitología vasca, las lamias o laminak son genios mitológicos a menudo descritos con pies de ave, cola de pescado o garras de algún tipo de ave. Casi siempre femeninos, de una extraordinaria belleza, moran en los ríos y las fuentes, donde acostumbran a peinar sus largas cabelleras con codiciados peines de oro. Suelen ser amables y la única forma de enfurecerlas es robarles sus peines. Se cuenta también que han ayudado a los hombres en la construcción de dólmenes, cromlech y puentes.

A veces se enamoran de los mortales, pero no pueden casarse con ellos, pues no pueden pisar tierra consagrada. En ocasiones tienen hijos con ellos. En otras leyendas son mitad humanos y mitad peces. Otras dicen que no son más que la diosa Mari.

Cuenta una leyenda que una vez una mujer le robó el peine de oro a una lamia y ésta, enfurecida, trató de maldecirla, pero no lo logró, puesto que sonó la campana de la iglesia y eso la salvó.

En numerosas localidades españolas (especialmente del sureste de la Península) el mito de las lamias se adapta en la Leyenda de la Encantada.

Folclore búlgaro.
En los cuentos e historias populares búlgaras, la lamia es una misteriosa criatura con varias cabezas, que puede hacer crecer una y otra vez si se le cortan (como la Hidra de Lerna). Se alimenta de la sangre de la gente o, más frecuentemente, matando mujeres jóvenes. Este monstruo atormenta a menudo los pueblos y puede ser encontrado en cuevas o en el subsuelo. En algunas historias tiene alas, en otras su respiración es de fuego. La lamia no tiene género, pero suele ser considerada femenina
Es necesario dejar claro que los corsarios no nacieron con vocación de robo, sino de mar, pues la pesca fue, en un principio, la actividad fundamental que les ocupó. Nacidos entre los montes y el mar, ésta les pillaba demasiado próxima y muchos se dedicaron a ella, pescando y comerciando. Más tarde se armaron para defenderse de los peligros que los piratas extranjeros les suponían y sólo después de armarse, se dedicaron a piratear por su cuenta.

Así, los corsarios, además de pescar y comerciar, se dedicaban al robo. En ello tuvieron mucho que ver las "patentes de corso", es decir, el permiso que un rey daba a sus súbditos marineros para perseguir a los enemigos de la Corona hasta apropiarse de lo que éstos portaran. A un corsario un rey daba permiso para robar y otro le colgaba por lo mismo.

En la concesión de este permiso se diferenciaba un corsario de un pirata. El corsario, pues, recibía la patente de corso de la autoridad real o de un gobierno, para hacer la guerra a otra nación o para interrumpir su tráfico comercial. El pirata, era un ladrón que robaba también en el mar, pero sin permiso alguno. Las patentes de corso
Francia y luego Inglaterra inauguraron en el primer cuarto del siglo XVI la piratería en corso al enemigo (con permiso del rey) contra el tráfico español de Indias, saltándose las bulas papales y la prohibiciones del Concejo de Indias y de la Casa de la Contratación y luchando contra el monopolio ejercido por España sobre unas colonias ricas en plata.

El interés de los reyes españoles por impedir los robos y dificultar el comercio de sus enemigos encontró el medio útil, al dar patente al asalto y robo de las naves hostiles, en las figuras de los aguerridos y experimentados lobos de mar que poblaban las villas de la costa vasca. La Corona les amparaba con la condición de molestar a sus enemigos en sus barcos, por lo que comenzaron los vascos a dedicarse a tan lucrativo empleo, sobre todo sino era época de ballenas.

Las primeras patentes de corso a los vascofranceses no se dieron hasta 1528, aunque hay que decir que los labortanos, fueron de todo: corsarios, piratas, filibusteros y bucaneros. Para nuestras provincias tenemos testimonios de fines del siglo XV, como las cédulas expedidas en 1497 y 1498 por Fernando el Católico, que permiten el corso sin restricción alguna a los guipuzcoanos y vizcainos.
38. Ducatón de Navarra y Francia, 1733. Ocho Reales de Carlos III, 1796, 1800 y 1807. Ocho Reales de Fernando VII, 1822. Moneda de Enrique II de Navarra, 1587. Un Real de Fernando I de Navarra, 1513?. Dos Reales de Felipe V, 1721.
© Joseba Urretabizkaia
39. "El guipuzcoano instrudo". San Sebastián, 1780. © Joseba UrretabizkaiaVeamos una patente de corso. Valga para tal ejemplo la que tenía la fragata "Nuestra Señora del Rosario", construida en el siglo XVII en San Sebastián.
"En virtud de la presente, permito al dicho capitán, Pedro de Ezábal, que en conformidad de las Ordenanzas del Corso, de 29 de diciembre de 1621 y 12 de septiembre de 1624, puede salir a corso con la referida fragata gente de guerra, armas y municiones necesarias, y recorrer las costas de España, Berbería y las de Francia, pelear y apresar los bajeles que de la nación francesa encontrare, por la guerra declarada con aquella Corona; y a los demás corsarios turcos y moros que pudiere; y a otras embarcaciones que fueren de enemigos de mi Real Corona, con calidad y declaración que no pueda ir ni pasar con su fragata a las costas del Brasil, islas de las Terceras, Madera y Canarias, ni a las costas de las Indias con ningún pretexto...

Dada en Madrid, a 28 de agosto de 1690. Yo, el Rey".
40. Reparto del botín de una nave corsaria.
© Joseba Urretabizkaia
41. El edificio que actualmente ocupa el Untzi Museoa en Donostia, fue lonja y cárcel del Consulado de San Sebastián.
© Joseba UrretabizkaiaLas mercaderías arrebatadas eran entregadas por los corsarios a las autoridades, Justicia Real o gobernadores de la provincia.

Lo que ocurrió es que algunos corsarios siguieron practicando el robo, unas veces sin esperar la bula real, otras veces con la patente caducada, y otras tantas en temporadas de paz entre España y sus enemigos. Todos estos últimos solían estar mal vistos por los convencionalismos y se les denominó "piratas".

En Gipuzkoa, concretamente, las patentes de corso las tramitó en un primer momento la propia alcaldía de San Sebastián, hasta que el Consulado, años más tarde, se ocupó igualmente de ello, y ambos sentenciaron sobre la legitimidad de cada aprensión que entraba en el puerto. Luego las Reales Ordenanzas del Corso señalaban el reparto del botín. Según éstas la artillería y los prisioneros correspondían a la Justicia Real, mientras que el barco y su mercadería se quedaban para la familia corsaria, repartiéndoselo proporcionalmente entre los armadores, el capitán y toda la marinería, según la antigüedad de cada uno en la nave. Cómo y dónde actuaban
La habilidad de los hombres, la decisión de los capitanes y la codicia de la marinería, incluyendo la de los armadores, eran condiciones de las que abundantemente disponían aquellos navíos para el corso y la piratería.

Una vez instituidos como tales, el número de corsarios vascos fue creciendo rápidamente, situándose a lo largo de toda la costa vasca, y el campo de sus actividades se extendió en proporción.

Las bases principales de los corsarios guipuzcoanos, estaban en Donostia, Pasaia y Hondarribia, y su campo de acción se extendía en un primer momento hasta el Canal de la Mancha en Inglaterra. Más adelante este campo se amplió hacia el norte de Europa, las costas americanas y las costas de la Berbería, en el norte de Africa.

Las naves de los corsarios eran de propiedad particular y estaban fletadas por su propietario. Normalmente eran elegidas por su velocidad y su poco calado.

El método principal de combate era el abordaje, combinado con el uso de la artillería. De todas formas no iban excesivamente armados, si no que al confiar sus victorias a los abordajes, permitían que así el barco apresado sufriera menos daños, pues luego tenían que venderlo. Normalmente preferían el merodeo al acecho, es decir, navegar en busca de presas en vez de esperarlas en un punto fijo, aunque se combinaran las dos tácticas.
42. Pasaia junto a Donostia y Hondarribia fue una de las bases principales de los corsarios guipuzcoanos. © Joseba Urretabizkaia
43."El guipuzcoano instruido". San Sebastián, 1780. © Joseba UrretabizkaiaOtras veces se esperaba en el puerto a que llegase información sobre los mercantes enemigos. Los corsarios navegaban sobre todo en solitario, a veces en parejas y pocas veces, cuando el enemigo era fuerte, en grupos mayores, pequeñas flotillas, donde el reparto justo de las presas se hacía difícil y era menor.

En cuanto a las presas, unas veces simulando adentrarse a la caza de ballenas, podían hacer presa en navíos pesqueros ingleses y franceses; y otras veces, aprehendían las bodegas de los mercantes, cargados de vino, paños, sedas, brea y resina. Los navíos atacados, por consiguiente, formaban para defenderse convoyes y obligaban a los corsarios a organizar multitud de planes para apoderarse de ellos. También existió el rescate como forma de botín, es decir, el canje de los prisioneros hechos por los corsarios por dinero o, en ocasiones, el canje de estos prisioneros por ciertas personas.
44. Pistola inglesa de chispa del siglo XVIII.
© Joseba Urretabizkaia
45. Montón herrado. © Joseba UrretabizkaiaPor último nos queda reseñar la importancia del corso, sobre todo en lo que a nuestras costas se refiere, si lo deducimos del número de corsarios que hubo.
Parece que las tripulaciones de las embarcaciones del corso fueron muy numerosas. En el Golfo de Bizkaia y durante el siglo XVII, siglo de oro del corso vasco, las tripulaciones de las embarcaciones corsarias eran proporcionalmetne más numerosas que las que incluían las embarcaciones de la Armada Real.
En las expediciones lejanas este número se reducía por la necesidad de mayor cantidad de bastimentos.
El corso, pues, exigía un gran número de tripulantes y la población vasca no era tan numerosa, por lo que se recurría a levas. Las embarcaciones corsarias en activo, aunque muy numerosas, eran limitadas y solo salían cuando volvían las tripulaciones de otras que habían estado en el mar.
El mundo marinero vasco no es tan rico en mitos y creencias como lo es el mundo de tierra adentro. La tradición mitológica marinera vasca ha estado siempre prácticamente asimilada a la de otras zonas marineras. Y los corsarios vascos, creían en lo mismo que el resto de las gentes del mar de nuestras costas.
En todo el País Vasco ha habido una gran tradición sobre las brujas, un ingenuo mundo brujeril que poco tenía que ver con el satanismo. Estas creencias estaban profundamente arraigadas no solo en el País Vasco rural e interior, sino también en la costa.
Zarautz, Getaria... son villas con un fuerte arraigo de "sorginak", cuyas tradiciones, leyendas e historias están íntimamente relacionadas con la vida cotidiana y con la dinámica propia de una sociedad marinera. Muchas veces era un mundo semioculto por el miedo y el temor que estas "sorginak", "laminak" o "gaizkinak" inspiraban. "Direnik, ez da sinistu bear; ez direla ez da esan bear". Los arrantzales de kostalde nunca hacían mención a las brujas, y si sus mujeres hablaban de ellas mientras ellos estaban faenando, no pescaban. En estas tradiciones las brujas aparecen persiguiendo a pescadores y marinos, convertidas en olas. En Donibane Lohitzun (San Juan de Luz) las "brujas se vanagloriaban de haber ido volando (desde aquel su pueblo) hasta Terranova; subían a los mástiles de los navíos y con sus polvos endemoniados maleficiaban a marinos y pescadores". Además solían provocar temporales, como podía demostrarlo el hundimiento del navío "Marticot" de Ziburu (Ciboure). Es lo que declararían al juez francés Pierre de Lancre en el proceso que éste les abrió.
54. La devoción de los marinos por la virgen de Iciar, se remonta a tiempos muy antiguos. Según Juan de Esnaola, ya en el s. XIII existía una "Cofradía de navegantes", dedicados a su devoción. Juan Sebastián Elcano, donó al morir parte de sus bienes a esta virgen y según Garibay, los barcos al pasar frente a las costas de Iciar, disparaban salvas de artillería en su honor.
© Joseba Urretabizkaia
55. Sirena. Grabado en madera de mediados del siglo XVI.
© Joseba Urretabizkaia
56. El monje irlandés Brandán, embarcó hacia el año 484 junto con diecisiete religiosos en busca de la "Isla Deliciosa". Llegado el día de Pascua y ansioso de celebrar la fiesta, hallaron una isla donde celebraron la misa. Al terminar vieron que la isla era una ballena enviada por Dios para poder celebrar el rito. (Imagen de San Brandán de la Catedral de Clonfert, y grabado de 1621).
© Joseba UrretabizkaiaOtras creencias propias de la costa fueron las sirenas y el "traganarru". Este era el genio de las trombas que causaba "pavor a los hombres del mar en tiempos antiguos y aun a no pocos de este siglo", como dice Barandiarán.
En cuanto a las sirenas, en 1673 (según cuenta Resurrección Mª de Azkue, que el padre Feijoo lo dijo) un vecino de Liérganes fue a bañarse con otros muchachos a la ría de Bilbao. Se arrojó al mar pero... no volvió a aparecer y se le dio por ahogado. Sin embargo, al cabo de seis años, unos pescadores de Cádiz divisaron entre las olas "una figura humana de persona racional que nadaba con gran destreza. Picados por la curiosidad, procuraron capturar a aquel sorprendente ser, lo cual consiguieron, tras muchos esfuerzos". Entonces se supo que era el mismo Francisco, desaparecido hacía seis años en Bilbao. Devuelto a su tierra, dícese que vivió nueve años de modo extraño y por último desapareció sin dejar más huellas.
He encontrado también una referencia a una sirena que solía jugar en la playa donostiarra y que se peinaba al sol. Pero cuando los ingleses se dispusieron en el Pico del Loro, se escapó.
Por último el "iraunsugue" era el dragón de nuestros antepasados al que había que sacrificar una doncella, mientras él atraía a los hombres con su aliento y se los comía. Fue un iraunsugue lo que mató al Arcángel San Miguel en Aralar.

no veas

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pantano alo lejo

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la villuela

subida a la maroma

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bartha